El presidente de SOS Sanidade Pública calcula que el saldo disponible del presupuesto sanitario llegará a reducirse a un 6%
El presidente de SOS Sanidade Pública, Manuel Martín, advierte de que el sistema gallego está "en peligro de extinción", amenazado de sufrir un "colapso" en cuanto se empiecen a pagar los cánones por los servicios externalizados y el gasto en farmacia y material "siga sin control, pese a los copagos".
Calcula que el saldo disponible del presupuesto sanitario para el funcionamiento de hospitales y centros de atención primaria y para inversiones llegará a reducirse a un 6%, una cifra "insostenible", por lo que mucho se teme que la Xunta "meterá mano" al capítulo de personal, que representa un 45% del presupuesto.
En una entrevista con Efe, Martín vaticina "un futuro muy oscuro" para la red sanitaria pública si se mantiene "la deriva" actual de su "descapitalización" a través de la reducción presupuestaria, su "privatización por lotes" y una "drástica reducción" de personal que, advierte, podría aumentar "dramáticamente".
Describe que, hasta ahora, este proceso de "adelgazamiento" está afectando a interinos y contratados, y también se está plasmando en las jubilaciones "obligadas" a los 65 años sin reposición de los puestos vacantes, que SOS Sanidade Pública cifra en un millar.
A propósito de las listas de espera, el presidente de la plataforma cree "escandaloso" que este verano se vaya a producir el mayor cierre de camas hospitalarias en el Sergas cuando "hay más gente que nunca" aguardando por una intervención quirúrgica.
Pero, sin duda, la principal "amenaza" para el sistema sanitario público gallego y español es, según Martín, que ha atraído la atención de "las multinacionales, los fondos de inversión y los especuladores", interesados por su "eficiencia y calidad" y por la cantidad de gasto público que absorbe.
Enumera una serie de servicios no sanitarios que han sido privatizados como las ambulancias, la historia clínica electrónica, telecomunicaciones, limpieza y mantenimiento de equipos, que también "repercuten en la calidad asistencial", y avisa de una siguiente fase, con la esterilización y la radiología en el punto de mira.
Martín previene también de las consecuencias del sistema de financiación privada y pone como ejemplo la construcción del nuevo hospital de Vigo, que costará "cuatro veces más" de lo presupuestado, y que, tras varias modificaciones del proyecto original, quedará reducido a "una carcasa".
Alude a una reducción de la superficie construida y de camas de hospitalización, a la reasignación de pacientes de determinadas especialidades a Santiago de Compostela y a la supresión de algunos servicios como el laboratorio central, y vincula esta circunstancia al concierto, recientemente renovado, con la clínica privada Povisa.
Uno de los aspectos que más preocupa a SOS Sanidade Pública es la figura del llamado socio tecnológico para la renovación de la alta tecnología, pues en la práctica significa que "el Sergas paga, y la empresa privada investiga y se queda con las patentes".
La consecuencia de ese modelo, a medio plazo, es que las empresas privadas "decidirán qué aparatos instalar" en los centros públicos, "su coste y en qué cantidad. En definitiva, la ruina", sintetiza Martín.
Otro de los caballos de batalla de SOS Sanidade Pública son las unidades de gestión clínica, que estarán presididas por "personas nombradas a dedo" por el gerente de cada área sanitaria, "con poder para contratar, despedir e incorporar equipamiento, y con incentivos vinculados con el ahorro".
Ello supondrá, según Manuel Martín, que en el Sergas coexistan "múltiples reinos de taifas, compitiendo entre ellos", y que los profesionales sanitarios acaben siendo "cómplices" de las "políticas de recorte" de la Xunta.
