TRIBUNALES | GALICIA

El médico de Vigo acusado de imprudencia por amputar la pierna a una gimnasta culpa a otro

"Si se opera bien se salva, pero durante el bypass hubo errores técnicos importantes", ha mantenido

El médico traumatólogo del centro médico El Castro-Hospital Perpetuo Socorro de Vigo acusado de lesiones por imprudencia grave por la atención a la deportista Desirée Vila, a la que amputaron una pierna, ha asegurado que "nunca" pensó que la lesión de la gimnasta "iba a acabar como acabó". "El primer sorprendido y entristecido soy yo", ha remarcado durante la primera jornada del juicio.

En este marco, ha defendido que cuando la joven fue trasladada al Hospital Povisa "la pierna era viable". "Si se opera bien se salva, pero durante el bypass hubo errores técnicos importantes", ha mantenido el médico, que ha redirigido la acusación al cirujano cardiovascular que la atendió en el segundo hospital, y ha añadido que "se inventó que había isquemia" cuando llegó del traslado.

Por su parte, el cirujano cardiovascular ha declarado como testigo y ha remarcado que la gimnasta entró en Urgencias de Povisa más de tres días después del accidente, y al examinarla detectó isquemia crítica. Ante esto, pidió una angiografía y la pasó "inmediatamente" al quirófano, donde trató de hacerle hasta tres bypass sin éxito, lo que derivó finalmente en la amputación.

De acuerdo con su relato, desde el momento en que le informaron por teléfono de la situación de la paciente pensó "que la pierna estaba perdida", pues llevaba isquémica "88 horas", no obstante ha dicho que la operó para "buscar ese 1% de posibilidades de salvarle la pierna". "No tengo ninguna duda de que el bypass no funcionó por la isquemia de más de 80 horas", ha rematado.

La propia Desirée ha comparecido este lunes, donde, al igual que han confirmado sus padres, ha manifestado que en El Castro los dedos del pie no tenían sensibilidad y "estaban fríos". "Notaba como que --la pierna-- ya estaba muerta", ha comentado, antes agregar que en El Castro le decían que iba a poder caminar y en Povisa ya al reconocerla el cirujano le dijo que estaba "muy grave" y "la pierna estaba perdida al 90% de posibilidades".

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