MAREA ROJA

Sin mejillón en el peor de los momentos

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photo_camera Bateas de cultivo de mejillón cerradas a causa de la marea Roja. (EFE)

Se mantienen cerrados el 86 % de los polígonos bateeiros, el 40 % de las zonas de marisqueo y se ha reducido la actividad en las fábricas conserveras

Tras dos años fatídicos y justo cuando el mejillón se encontraba en las condiciones más óptimas. En este escenario ha aparecido un crudo episodio de marea roja que mantiene cerrados el 86 % de los polígonos bateeiros, el 40 % de las zonas de marisqueo y que ha reducido la actividad en las fábricas conserveras.

El sector afronta la situación con "un gran pesimismo", en palabras del presidente del Consello Regulador, Francisco Alcalde, que vive con gran preocupación un episodio en el que "las previsiones son difíciles y en este caso no hay muy buenas perspectivas de que remita".

Así las cosas, los bateeiros viven pendientes de los análisis del Intecmar, el organismo de la Xunta que realiza varios análisis diarios.

"Nos va todo en ello y tampoco tenemos otra cosa que hacer", reconoce Javier Blanco, presidente de la agrupación Virxe do Rosario de Vilaxoán, en Vilagarcía, que se lamenta de que "habrá polígonos que van a estar mucho tiempo cerrados. Es un duro golpe para el sector".

En cualquier caso, todavía quedan seis polígonos abiertos de los 51 y el mejillón que de ellos se extrae está en perfectas condiciones.

Este es precisamente el mensaje que quiere dejar claro la Consellería del Medio Rural y del Mar. Su titular, Rosa Quintana, recalcaba ayer mismo que "el Intecmar está haciendo controles diariamente que permiten saber con toda seguridad que el producto que sale al mercado no va a provocar ningún daño al consumidor".

El proceso que se sigue en el instituto autonómico es muy escrupuloso, según explica su directora, Covadonga Salgado.

"Una vez que cerramos una zona de producción se bloquea la emisión del documento de registro, una especie de documento de identidad que acompaña al lote de producto", explica.

"No hay que estigmatizar el producto que llega al mercado", incide Salgado que explica que en la web del Intecmar hay "información para cada zona de producción". Una labor que en el instituto autonómico realizan los 365 días al año pero que ahora se intensifica hasta hacer "dos o tres análisis diarios".

Las resoluciones de cierre se comunican de forma inmediata a través de correo electrónico a más de 400 usuarios y mediante la web todo el mundo puede consultar el estado diario de los polígonos.

Son varias las voces que apuntan a que la frecuencia y la crudeza con la que se están produciendo las mareas rojas se deben a causas desconocidas que hay que investigar.

A esta teoría se unió el grupo parlamentario de Alternativa Galega de Esquerda. Su portavoz de Mar en el Parlamento, Juan Fajardo, incide en la necesidad de "llevar a cabo una investigación para evitar la muerte económica de miles de familias gallegas" y acusa a la Xunta de Galicia de "lavarse las manos" y de "mirar para otro lado".

La directora del Intecmar, sin embargo, explica que se trata de un "fenómeno natural" con la única particularidad de su intensidad. "Es un episodio importante. Hay un importante número de especies de toxinas que los moluscos han ido acumulando en su interior", algas fitoplancton que constituyen el alimento del mejillón.

"Por eso tenemos un mejillón con una carne extraordinaria", afirmaba la conselleira do Mar. Pero, al mismo tiempo, reconocía, los moluscos tienen un alto nivel de toxicidad que no les afecta directamente pero sí puede tener consecuencias dañinas para quienes los consumen.

"Son las condiciones de nuestras rías, que dan muchas bendiciones pero también algún que otro disgusto", indicaba ayer Rosa Quintana, que insistía en que todo el marisco que llega a los mercados por los cauces legales es apto para el consumo.

La ría más afectada es la de Arousa, con la práctica totalidad de sus polígonos cerrados, mientras que en las de Vigo y Pontevedra los últimos análisis del Intecmar indicaban un leve descenso de las toxinas.

Otro problema derivado de la falta de mejillón gallego con DOP es la entrada en el mercado de "producto foráneo".

"El consumidor debe buscar siempre el sello de Denominación de Origen Protegida porque mucho de lo que viene de fuera viene acompañado de un mal etiquetado", defiende Alcalde.

El sector vive con incertidumbre el momento y afronta con pesimismo el presente e incluso el futuro a corto plazo. "Caminamos hacia el invierno, no hacia el verano, los temporales están a la vuelta de la esquina y el mejillón, no sé por qué, cada vez se desprende antes de las cuerdas", se lamenta Javier Blanco.

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