VIOLENCIA MACHISTA

La mujer de Pazos de Borbén fue golpeada contra un pilón

photo_camera La familia del matrimonio se reunió ayer en la vivienda en la que sucedió la tragedia, en Alvite (J.V. LANDÍN)

Los vecinos de la pareja, todavía consternados, aseguran que eran "muy buenas personas"

"Eran unos vecinos extraordinarios. Todavía no me puedo creer lo que ha pasado. Siempre piensas que cosas como esta suceden en otros sitios, nunca donde vives y con personas que conoces", explicaba con tristeza una vecina de Nespereira, la parroquia que desde la noche del martes vive sumergida en una pesadilla desde que aparecieron los cuerpos sin vida Sara Pereira, de 81 años, y su marido Andrés Fernández, de 79 años.

Las causas de la muerte de la mujer aún están por determinar por la autopsia, aunque de la investigación de la Guardia Civil se desprende que recibió cuatro golpes en la cabeza contra el pilón de piedra del lavadero de la vivienda familiar. En el lugar los agentes encontraron un gran chaco de sangre. La víctima tenía la cabeza metida en una poza llena de agua, por lo que todavía habrá que determinar si la muerte fue provocada por los traumatismos sufridos como consecuencia de los golpes recibidos o por ahogamiento al caer en el agua. El marido fue encontrado a unos metros de lugar, en un galpón, ahorcado y con la ropa manchada de sangre.

La Guardia Civil no tiene constancia de denuncias previas por malos tratos, pese a lo que el Ministerio de Sanidad anunció ayer que se trataba de un nuevo caso de violencia de género, el primer caso que se registra este año en la comarca de Vigo y el quinto en Galicia.



Dolor en Alvite

Mientras la Policía Judicial de la Guardia Civil proseguía ayer con la inspección de la escena del crimen, la amplia familia del matrimonio, que tenía once hijos, iba llegando y reuniéndose en busca de apoyo mutuo y consuelo, el mismo que tratan de transmitirles sus vecinos. La mayoría de los habitantes de Alvite conocían al matrimonio desde siempre y todos los que, casi a regañadientes, hacían declaraciones a los medios, coincidía en destacar que, al menos aparentemente, no tenían grandes problemas en su relación.

El móvil del crimen está todavía por determinar y algunos apuntan a posibles problemas neurológicos del marido, al que se había visto no hace mucho tiempo en una consulta del especialista. Elmal relacionamiento entre ambos integrantes del matrimonio era un rumor que se podía escuchar en Nespereira, aunque eran pocos los vecinos que apuntaban a esta posibilidad, mientras que la mayoría preferían hablar de las excursiones que realizaban juntos. Una de las vecinas de la parroquia aseguraba que "eran unas personas excelentes. No me pudo imaginar qué pudo suceder. Aquí nadie se imagina qué pasó. Ha siso un golpe tremendo para todos".

En el resto del municipio se puede sentir el mismo sentimiento de consternación y dolor que se vive en la parroquia de Nespereira. Es raro entrar en algún local y no escuchar algún comentario sobre la noticia del día. "Es una pena muy grande que terminasen así, justo cuando ya estaban en el final de su vida después de años de duro trabajo para sacar adelante a sus once hijos", comentaba visiblemente emocionado el alcalde de Pazos de Borbén, Andrés Iglesias, que acudió en la noche del martes con algunos concejales hasta el lugar de la tragedia para ponerse a disposición de los agentes de la Guardia Civil y de la familia.

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