AC/DC cumple 40 años pese a todo

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photo_camera Imagen del grupo AC/DC.

Los AC/DC no completaron su primera formación estable hasta 1975, año en que publicaron su primer disco, que fue una bomba. Han pasado 40 años, muertes, deserciones y desgracias y los jóvenes ya son abuelos.

 

 

 

 

En enero de 1975, los hermanos Young, que vivían en Australia aunque habían nacido en Escocia, consiguieron por fin poner voz a su música gracias a Bon Scott, cuya garganta se haría legendaria. Scott venía del blues, como tantos otros antes, y tenía una afición peligrosa a la bebida, algo muy “british”. En 1977 se pusieron en marcha con giras por el mundo y una imagen icónica de Angus Young tocado de escolar diabólico. Pero apenas tres años después, Scott moriría de forma absurda: una borrachera espectacular le dejó sin sentido y acabó ahogado por su propio vómito. Era 1980. Tenía 33 años y acababan de conseguir el éxito más importante con “Highway to hell”, que se acabó convirtiendo en un himno. Su  muerte fue muy similar a la de John Bonham, que el mismo 1980, aunque unos meses más tarde, tomaba el mismo camino y casi a la misma edad: a los 32 años, el consumo de una montaña de combinados de vodka y naranja le dejó KO y provocó su  muerte por asfixia.


El fallecimiento de Bonham fue el fin de Led Zeppelin, cuando todavía tenían mucho por delante. En cambio resultó la resurrección de AC DC, que ficharon otro cantante y publicaron a continuación un presunto disco de homenaje a Bon Scott, “Back in black” (regreso de luto), con Brian Johnson y su voz chillona al micrófono. Para sorpresa general, se convirtió en un super-éxito mundial, con al menos 45 millones de copias. Según las páginas especializadas, se ha consolidado definitivamente como el tercero más vendido de la historia, sólo por detrás del “Thriller” de Michael Jackson, y de “La cara oculta de la luna”, de Pink Floyd. No sólo le valió a AC DC para convertir a los Young en millonarios, sino para avivar el interés por la banda y reeditar los discos anteriores, que fueron de nuevo un gran éxito.


Lo merecían, porque aunque el sonido era inferior, la voz de Scott resultaba mucho más impactante y potente. En los discos de finales de los setenta hay joyas como “Sin City” que AC DC siguieron tocando hasta hoy. Porque, lo que vino desde entonces, ha sido una magnífica decadencia, con continuos cambios en la formación y con Johnson cada vez más afónico. Se puede comprobar con bochorno en el directo en Buenos Aires: un sonido brutal pero sin nada que añadir, salvo la enésima versión del “Thunderstruck”, quizá la mejor canción de los australianos después del “regreso de luto” del ya muy lejano 1980, con una guitarra dificilísima de interpretar sobre una base con la mágica fórmula de AC DC, que funciona: rock con potencia y sin concesiones.


El fin pareció volver a escribirse hace apenas unos años con la demencia reconocida por el mayor de los Young, Malcom, co-autor de la mayoría de los temas de la banda y su auténtico cerebro. Pero Angus, el diminuto (1,58) y eterno alumno, ha colocado a su sobrino Steve en la posición de su hermano como guitarrista de acompañamiento y parece que nadie se ha enterado. Angus Young ya tiene 60 años, Johnson va por los 68 y sólo le queda un hilo de voz, aunque muy trabajado, y AC DC acaban de cumplir los 40 y ya es una leyenda viva.

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