DE LA TIERRA

El aceite de palma, el chivo expiatorio de los malos hábitos alimentarios

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Pasó de ser la panacea de la industria alimentaria al maldito de las enfermedades coronarias. El aceite de palma, uno de los ingredientes más utilizados en la alimentación mundial hoy día, se enfrenta a su peor enemigo: la reacción adversa de las redes sociales

Mientras en la europa occidental  se demonizaba al aceite de oliva, que habría que sustituir por el de girasol, y sobre todo al pescado azul, que era el diablo mismo disfrazado de sardinas, caballas y jureles, el aceite de palma era la grasa de los pobres. Su uso en la cocina estaba extendido por el África tropical y por Brasil, donde se le conocía, como todavía ahora, como acente de "dendé". Hasta allí lo llevaron los portugueses para alimentar a los esclavos porque era barato de producir, abundante y nutritivo.

En España, en aquel  momento no se hablaba del aceite de palma más que en cosmética. 

Pero en poco más de treinta años, lo que era malo pasó a ser bueno y lo bueno a ser regular y lo regular o malo o muy malo, al establecerse  distinciones entre las  grasas con ácidos grasos insaturados, poliinsaturados y saturados. Y en ese rifirrafe acaba de caer el aceite de palma, tras una sucesión de ensayos clínicos y estudios científicos que lo sitúan entre los mayores generadores de colesterol malo del reino vegetal y aliados malignos de las enfermedades cardiovasculares.

Aunque en los últimos años tenía mala prensa, sobre todo científica, la puntilla se la dieron los cientos de miles de publicaciones que se han difundido a través de las redes sociales y que han provocado, ante el temor de una pérdida de clientela, que algunos fabricantes hayan decidido emprender el camino de la sustitución del aceite de palma por otros en sus productos. La cruzada contra el aceite de palma no solo  está abanderada por los defensores de una dieta saludable. También se han sumado los movimientos contra la deforestación de las selvas tropicales, pues en la actualidad, la plantación masiva de la palma originaria de Guinea Ecuatorial se ha extendido por todo el sudeste asiático y las islas de Indonesia. Su rendimiento económico es uno de los más lucrativos por la rapidez con la que empieza a dar sus frutos y la larga duración de la plantación. 

Comida procesada

Tras la campaña en el terreno alimentario contra el aceite de palma lo que subyace es la lucha de las autoridades sanitarias occidentales contra la proliferación de los alimentos procesados y de manera especial la bollería y la dulcería industrial: Nestlé, Nutella, Unilever, Kellogg's, Donuts encabezan la larga lista de fabricantes de los principales causantes de la obesidad infantil, el exceso de colesterol y un sinfín de males en los que el aceite de palma es un ingrediente más, pero no el único, aunque ahora todos disparan contra él.

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