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Anorexia y bulimia (III): por sus actos los descubriréis

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Según los datos de la FEACAB, que agrupa a todas las asociaciones de estos trastornos, la Bulimia Nerviosa afecta en casi un 90% a mujeres, siendo su rango de edad de mayor incidencia entre los 18 y 20 años.

En los dos artículos anteriores presentamos a grandes rasgos las características de estos dos trastornos psicogénicos de la alimentación. La semana pasada intentamos describir algunas de  las señales, visibles u ocultas, para detectar un sospechoso de padecer Anorexia nerviosa en un centro deportivo.

En el presente, intentaremos hacer lo propio con aquellos que sufren la Bulimia Nerviosa. De nuevo insistimos en que esta labor es más sencilla en un centro de tamaño medio, con ambiente familiar y trato personal, que en una gran superficie.


La bulimia nerviosa


Según los datos de la FEACAB, que agrupa a todas las asociaciones de estos trastornos, la Bulimia Nerviosa afecta en casi un 90% a mujeres, siendo su rango de edad de mayor incidencia entre los 18 y 20 años.

Los Bulímicos, por norma general, comparten la misma insatisfacción con su cuerpo que los anoréxicos, pero alternan momentos de ingestión excesiva y compulsiva con períodos de drástica “eliminación” de lo consumido. A través de vómitos o productos laxantes (Bulimina purgativa) o por medio de ejercicio físico extenuante, ayunos prolongados o, simplemente, dejar de comer (Bulimia no purgativa). 

Como podrán imaginarse, este grupo de personas son carne de las clases colectivas más exigentes -a veces realizan varias seguidas- o de los aparatos de ejercicio cardiovascular. En su mente, asocian el sudor con la pérdida de grasa. A más tiempo de trabajo -piensan- más sudor, menos grasa y menos peso.


Indicios visibles u ocultos


Hay bulímicos fácilmente identificables si observamos oscilaciones notables de peso en muy poco tiempo, de entre 5 y 10 kilos. Pero existen otros casos donde esta característica está más disimulada.

Por su costumbre de provocar el vómito pueden sufrir irritación de garganta, problemas dentales, rupturas vasculares en los ojos o inflaciones en las dos glándulas parótidas, cada una de ellas se localiza entre las orejas y la mandíbula. 

Si conversamos con ellos de forma discreta es posible que confiesen dolores musculares y fatiga general. ¡Alarma! ¿Qué hacemos? Próximo capítulo.

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