Con chistes rancios trasnochados, una dirección intrascendente y unos actores desaprovechados sólo se consigue una de las peores cintas del año
“Baywatch” es la versión cinematográfica de una serie muy popular de la televisión que en España se tituló “Los vigilantes de la playa” y que estaba protagonizada por el inefable David Hasselhoff. La adaptación al cine es, directamente, una de las peores películas del año.
La propia serie original resultaba bastante inverosímil al mostrar cómo unos salvavidas eran capaces de desmantelar redes de narcotráfico y presenciar explosiones en pleno mar. Pero bueno, eran los 90 y... por qué no, era la esencia de ‘Los vigilantes de la playa’, con sus muchas escenas de acción y sus protagonistas dándose largos paseos por la costa luciendo palmito.
Sin embargo, estamos ahora en 2017 y las cosas han cambiado, así que pretender revivir Baywatch es un anacronismo en exceso recalcitrante y que solo evidencia la creciente banalidad de un Hollywood que insiste en no correr riesgos. La taquilla en Estados Unidos ha sido un tanto tibia con la película y la crítica la ha colocado en su debida repisa de descuentos del supermercado cinematográfico, el mismo lugar donde terminaran todos los DVD y Blu-ray de la cinta en unos meses.
Con chistes rancios y trasnochados, una sensación de dejadez por parte de su director y guionistas, así como también un grupo de actores que va con el piloto automático, “Baywatch” no gustará siquiera a los nostálgicos de la serie. Cierto es que es un tipo de película a la que no se le debe pedir mucho, pero es tanta la absurdez, que cualquier telefilme de un sábado por la tarde le supera en calidad.
Los tres factores para suspender “Baywatch” (“Los Vigilantes de la Playa”) son, en resumen, desperdiciar un buen reparto, el exceso de chistes malos y tratar de abarcar muchas cosas y no conseguir ninguna de ellas.
