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El boom de los rosados también llega a Galicia

vinos rosados
photo_camera Los vinos rosados también llegan a las DO gallegas.

En el terreno de los vinos tranquilos, Monterrei, Ribeira Sacra y Valdeorras, pusieron en marcha sus primeras experiencias hace unos años

El sector vitivinícola gallego no pierde el tiempo. Ha visto cómo el consumo de los vinos rosados está creciendo en España, una tendencia que ya se había observado previamente en países como Francia o Estados Unidos y algunos de sus bodegueros se han lanzado a la aventura, al igual que anteriormente habían hecho con los espumosos. De hecho, los primeros rosados fueron realizados siguiendo el método Champenoise, en Rías Baixas por Eidosela, con un brut que era oficialmente tinto porque el consejo regulador no autorizaba los rosados, aunque en este caso hizo la vista gorda, habida cuenta de que se trataba de un vino elaborado con Sousón, una variendad tinta. También en Valdeorras, Roandi lanzó un espumoso rosado.

En el terreno de los vinos tranquilos, Monterrei, Ribeira Sacra y Valdeorras, pusieron en marcha sus primeras experiencias hace unos años. Martín Códax, Abadía da Cova y Jorge Ordóñez llevaron la iniciativa con vinos fuera de DO. En verano de 2018, la EVEGA realizó una cata de monovarietales de uvas tintas elaboradas en rosado, que generó una gran expectativa y demostró que entre las variedades autóctonas gallegas había materia prima para rosados muy interesantes.

Sousón, Brancellao, Caíño tinto y Mencía son las uvas más empleadas en estas primeras elaboraciones gallegas que ya se extienden por prácticamente todas las denominaciones de origen y algunas IGP.  Ribeira Sacra ya autoriza los rosados y Ribeiro los espumosos rosados. El resto permanecen a la espera.

La última bodega que se ha incorporado a esta tendencia fue Señorío de Rubiós, en As Neves, con dos experiencias elaboradas a partir de la misma variedad, la Mencía, y ambas bajo la misma marca: Nande. El espumoso brut, elaborado según el método tradicional, y un rosado tranquilo, con una reducida maceración de los hollejos de la uva, previametne despalillada, para que le aporte al vino esa capa moderadamente rosa pálido, que los catadores denominan capa color cebolla. Un vino que ofrece un gusto fresco, afrutado y ligero, con los matices aromáticos que son propios de esta variedad, tan poco común en Rías Baixas.

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