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El Bosco, un artista piadoso que inventó la fantasía onírica

24.mnp_el_bosco_04_foto_pag_2_revista_result
photo_camera El cuadro "El jardín de las Delicias".

Ya era la exposición del año antes de su inauguración. Ahora, a pocos días de su clausura, el Prado decidió prorrogarla hasta el 25 de septiembre ante una interminable cola de interesados que no ha cesado desde que abrió sus puertas.

El pasado 9 de agosto se cumplieron quinientos años de su muerte. Jheronimus van Aken, en España conocido simplemente como El Bosco, cautiva cinco siglos después con la fuerza de un genio contemporáneo. El Museo del Prado quiso organizar la mayor y más completa exposición sobre este artista y lo ha logrado. Nunca se habían reunido tantas obras, maestras y menores de este enigmático pintor que vivió en un ambiente piadoso pero que retrató mejor que nadie el lado más oscuro de la condición humana.

El Prado posee seis de las ocho obras que de este artista existen en España. Las otras dos están en El Escorial y en el museo Lázaro Galdiano. Las ocho forman parte de una exposición que ha reunido bajo la muestra comisariada por Pilar Silva, la jefa del departamento de pintura flamenca de la gran pinacoteca española, óleos y dibujos procedentes de Lisboa, Londres, Berlín, Brujas, Gante, Viena, Venecia, Rotterdam, París, Filadelfia, Nueva York y Washington.
Fueron necesarios casi veinte años para poder culminar este proyecto que ha convertido a Madrid en uno de los focos de atención cultural de 2016, organizándose viajes desde los más dispares lugares del mundo.

La exposición está articulada en siete secciones con las que el visitante se imbuye en el mundo de El Bosco, desde su ciudad natal que fue también en la que desarrolló toda su actividad pictórica, ‘s-Hertogenbosch, a las seis áreas en las que se ha distribuido la selección pictórica que conforma la muestra: Infancia y vida pública de Cristo, Los santos, Del Paraíso al Infierno, El jardín de las delicias, El mundo y el hombre: Pecados Capitales y obras profanas, y La Pasión de Cristo.
Entre las cincuenta y tres piezas que conforman la selección realizada por Pilar Silva, no solo está el 75 por ciento de la obra creada por El Bosco a lo largo de sus 66 años de vida. También trabajos realizados por artistas de su taller o por seguidores que realizaron copias de obras que se han perdido y, de esta manera se tiene testimonio de su existencia.

El visitante podrá analizar alguno de los cuadros y su génesis a partir de la aplicación de técnicas de investigación como la reflectografía infrarroja, por la que se pueden cotejar los cambios que el artista realizó sobre la marcha.

Gracias a Felipe II, que se convirtió en coleccionista de su obra España tiene lo mejor de El Bosco. Cuando falleció en El Escorial el 13 de septiembre de 1598, tenía ante sí El jardín de las delicias, tratando de desvelar el enigma del misterio que le esperaba tras la muerte. Un misterio, que como muchos otros, sigue atrayendo al público que se queda asombrado ante sus obras cinco siglos después.
 

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