DENOMINACIONES

Cambia la imagen pero sigue su misma filosofía

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Como bodega, Alanis cuenta con viñedos propios y la colaboración de un importante número de viticultores que tienen sus viñedos esparcidos por los valles del Avia y del Miño

Desde hace nueve años, Alanís forma parte del grupo Bodegas Gallegas. Su historia comenzó hace más de un siglo, en 1910, de la mano de la familia Alanís. Una pequeña bodega que también formó parte del imperio de la casa Domeq, pero fue Manuel Vázquez quien la puso verdaderamente en el mapa de los grandes vinos, al lanzar al mercado este Gran Alanís, un ensamblaje de Treixadura, la variedad mayoritaria en la mezcla, y Godello. En menos de un lustro ha cosechado ya numerosos premios, entre ellos, cuenta ya con dos medallas de oro en el concurso mundial de Burdeos, el Challenge International du Vin.

Como bodega, Alanis cuenta con viñedos propios y la colaboración de un importante número de viticultores que tienen sus viñedos esparcidos por los valles del Avia y del Miño. En la actualidad, la bodega tiene una producción media que ronda el millón de litros y está dimensionada para albergar hasta dos millones y medio, lo que la sitúa entre las más grandes de la denominación de origen.

Pero no es el tamaño de la bodega lo que llama la atención, sino la extraordinaria calidad de este vino. Una auténtica singularidad si atendemos al precio con el que se suele encontrar en los lineales de algunos supermercados gallegos. En la actual cosecha, la de 2016, la botella de Gran Alanís ha sido sometida a un cambio de imagen. Mantiene el formato de botella bordelesa pero su vidrio es ahora oscuro y exhibe una nueva etiqueta que nos recuerda un poco el estilo Art Nouveau que era contemporáneo de la etapa fundacional de la bodega, en las primeras décadas del siglo XX. Con esta nueva imagen podría, perfectamente, formar parte de la bodega del Orient Express.

La botella, con su color, oculta lo que la copa, una vez que se descorcha, descubre. Un color amarillo pajizo, un vino brillante, que inmediatamente revela su aroma frutal, lleno de matices y en boca se presenta equilibrado, sabroso y fresco. Es un vino que resiste bien el paso del tiempo en botella, muestra de un trabajo cuidado y meticuloso en bodega. Un vino que sorprende por una calidad que está muy por encima del precio que tiene.

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