Saludable

Cambie el tabaco por un "chute" de ejercicio físico

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photo_camera L. R.

Todos conocemos a amigos o familiares que sentenciaron: “Este es mi último cigarro”. Y cumplieron su palabra, con una fuerza de voluntad encomiable

de todos los factores de riesgo de muerte, el tabaco debería ser el más fácil de evitar. Es caro, molesta y daña a los demás, antihigiénico, contamina el medio ambiente y -siendo más egoístas- contiene 250 sustancias nocivas y 50 cancerígenas en su composición habitual; además de producir el 80% de los cánceres de tráquea, pulmón, bronquios y casi el 75% de las enfermedades pulmonares osbtructivas crónicas (EPOC). Cada cigarrillo es una clavo más en nuestro ataúd, clavado por nosotros mismos. Vaya ironía.

Nadie discute los peligros del tabaco. Muy al contrario, muchos fumadores se convencen de ello cada año -en especial cada 31 de diciembre- e intentan dejarlo. La solución es simple. Para dejar de fumar, sólo hay que dejar de fumar. He aquí el problema.


Enganchados a la droga


Todos conocemos a amigos o familiares que sentenciaron: “Este es mi último cigarro”. Y cumplieron su palabra, con una fuerza de voluntad encomiable.

Pero no todo el mundo lo logra. En gran parte porque la nicotina del tabaco -que alcanza el cerebro en apenas segundos tras su inhalación- provoca una ingente liberación de dopamina, un neurotransmisor que proporciona sensaciones de placer y deseo. 

Nuestro cerebro intentará luchar contra este exceso de dopamina, liberando la enzima Monoamino Oxidasa (MAO). Pero la industria tabacalera se las sabe todas, e incluye un inhibidor de la MAO entre sus ingredientes. De esta forma, se prolonga la reconfortante sensación de la nicotina y se demandará más en un futuro no muy lejano. Sí, como una droga.


Un chute de sensaciones


Si usted no puede dejar de fumar porque le gusta, ya conoce la razón. Si a pesar de ella, no quiere dejarlo, aquí respetamos la libertad individual. Faltaría más.

Si quiere dejarlo, pero no es capaz, ayúdese de todas las estrategias saludables y no cese en su intento. Nosotros además le proponemos cambiar esta droga por otras tan placenteras, o más. Sepa que el Ejercicio Físico libera insulina, adrenalina, serotonina, endorfinas, hormona del crecimiento... Todo un chute por vena que convierte al tabaco en un chiste. Si quiere sentir placer, engánchese al Ejercicio Físico.

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