Los precios en lonja distan mucho de los que puede alcanzar luego en las pescaderías
Ya está abierta la veda de la centolla y los primeros días de faena han sido irregulares, según cuentan los marineros que han salido con sus aparejos a la búsqueda de la reina indiscutible de los mariscos de invierno. Las capturas no han estado mal en términos cuantitativos, pero algunos han confesado que han devuelto un alto porcentaje al mar porque todavía estaban flojas, lo que en términos coloquiales se suele llamar faroles. ¿Cuál es la causa? La temperatura del agua, la falta de lluvias y de temporales que revuelve el mar y activa a estos crustáceos, hace que aunque el número sea bueno, la captura no salga a cuenta.
Los precios en lonja distan mucho de los que puede alcanzar luego en las pescaderías. Las más caras se subastaron a poco más de 17 euros. Aunque hubo sesiones y lonjas en las que los precios no subieron de 15 euros en la primera cotización y de 5 y 7 euros en los precios mínimos en los que salieron a subasta las últimas partidas. En el caso de la centolla, es la destreza del comprador la que determina cuáles son mejores, y las paga más caras, quedando relegadas para pujas sucesivas las que presentan o demasiado tamaño o aspecto poco halagüeño en cuanto a su posible cantidad de comida.
