GASTRONOMÍA

Casa Testa: madera, piedra y buena leña para asar y las brasas

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photo_camera Una imagen exterior del Casa Testa.

Elena Álvarez Testa ha tomado el relevo en el negocio que fundó su padre hace casi treinta años en un bello rincón, a la orilla del río Barbantiño y de la carretera nacional que va de Ourense a Santiago

La casa tiene un aspecto rústico, bien armada de piedra y madera. El padre de Elena era un enamorado de ambos materiales y añadió a la decoración una buena colección de ruedas de molino que fue consiguiendo a lo largo de décadas. Piedra y madera en la decoración. Y en la cocina, leña. Leña en su cocina de hierro, que proporciona unos guisos elaborados con una calma y una tranquilidad propia de tiempos pasados, y leña en una parrilla que su marido trabaja con dedicación, preparando carnes a la brasa, churrasco, unas pequeñas pero sabrosas codornices...

Por diez euros se puede disfrutar de un menú, que incluye un primero de ensalada, ensaladilla, una entrada ligera pero bien elaborada, y  un plato principal, generalmente asado o a la parrilla y un postre casero. Los viernes hay codornices y churrasco a la parriña o codillos de cerdo asados al horno.

Completan el servicio con un repertorio de dulces elaborados por ellos como las cañitas rellenas de crema, que no son como las de O Carballiño, cilíndricas, sino en forma de cucurucho, tata de galleta, de queso y varios más. 

Una cocina muy casera, sencilla, bien elaborada, platos abundantes y un servicio atento y rápido. Y si hace calor se puede comer en la terraza posterior, a la sombra de una carballeira, mientras se disfruta del sonido del río Barbantiño que pasa justo al lado del restaurante.

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