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Copas que son senos de mujer

MOSS
photo_camera Imagen: Kate Moss y su copa de champagne (2014).

Las copas de inspiración en los senos de mujer son una obsesión masculina, aunque también, según cuentan, el deseo de algunas señoras de postularse en la historia

Quizás el champagne es el culpable de que estas líneas uno se acuerde de Kate Moss, que, allá por su 40 cumpleaños, ella que ha inspirado a tantos, aceptara el dejarse modelar uno de sus senos para alumbrar una hermosa copa de champán diseñada por Jake McAdam Freud, hijo del pintor Lucian Freud, viejo conocido de la modelo, a petición de uno de los restaurantes preferidos de la maniquí, el 34 de Londres. 

Las copas de inspiración en los senos de mujer son una obsesión masculina, aunque también, según cuentan, el deseo de algunas señoras de postularse en la historia. 

Hoy los brindis navideños ya no prosperarán en este tipo de copas, ahora, por mejores prestaciones para la degustación del vino las reinas son las tipo aflautado. En el recuerdo, la escena cursi de sobreponer en cascada unas cuantas copas y dejar fluir el cava entre ellas. En hostelería este tipo de copa ancha ha quedado postergada para la repostería, pero este relato camina a través de esas copas de inspiración sexual, que según parece vienen de muy antiguo, no fueron una ocurrencia de Kate Moss. 

   Una de las piezas más antiguas, en porcelana blanca y forma de seno -pezón incluido-, apoyada en una tríade de cabras a podo de trípode que lo sujetaban eran las “jattes-tétons” (1788) en cerámica de Sèvres. En realidad no eran para beber champagne, sino leche, y fue una ocurrencia de Luis XVI para congratular a María Antonieta, a quien antes le había mandado construir una vaquería en Rambouillet, “La Laiterie de la reine”, todo un caprichoso santuario tributo a la leche.

Supuestamente el modelo inspirador de los cuencos habían sido los senos de María Antonieta. Aquellos hoy afamados cuencos estaban inspirados a su vez en los “mastos” griegos, utilizados en rituales de la fertilidad. La Revolución francesa se llevo la cabeza de estos monarcas caprichosos, también las distinguidas porcelanas.

Fue Josefina Bonaparte, usufructuaria de Rambouillet, quien encargaría nuevas reproducciones a partir de los moldes originales, ya con la finalidad -dicen- de beber el champagne. Lo de la inspiración de los copas en los senos de Maria Antonieta es una fábula, los cristaleros ingleses que en el siglo XVIII las idearon se dejaron llevar por cuestiones prácticas tras el descorche. Pero queda muy bien en el relato, eso pensó también Kate Moss, en el suyo. 

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