Es un misterio similar al monstruo del Lago Ness, porque yo no visto nunca a un niño ‘enano’ por trabajar su fuerza
Hace unas semanas escribimos sobre el curioso caso de la mujer que ensanchaba su cuerpo con sólo entrar en el gimnasio. Hoy trataremos un enigma similar. El curioso caso de los niños y adolescentes que menguaban en la sala de Fitness. Un mito popular que he escuchado -y sufrido- desde que me dedico a esta profesión. Es un misterio similar al monstruo del Lago Ness, porque yo no visto nunca a un niño ‘enano’ por trabajar su fuerza. Es más, todos los chavales que pasaron por mis manos hoy me superan por una y hasta dos cabezas. Curiosa contradición.
PROHIBIDO EL GIMNASIO
Hace años existía el convencimiento general de que el crecimiento de los niños y adolescentes se cortaba por levantar una mancuerna. Que huesos y cartílagos se rompían por realizar una sentadilla. Sin embargo, nadie se escandalizaba al verlos trepar, correr, saltar, luchar o reptar por el suelo. Ni cargar sobre hombros y espaldas esas enormes mochilas.
El problema ahora es que nuestros hijos no hacen nada de eso pero siguen cargando kilos a la espalda, comen porquerías y se pasan horas como autómatas ante una consola, móvil u ordenador.
Este preocupante cambio de hábitos catapulta a nuestros jóvenes a los mayores porcentajes de obesidad de nuestra historia, cerca de la cabeza de Europa. Que ya es decir. Tal es el panorama que algunos progenitores se ven en la obligación de inscribir a sus retoños en un centro deportivo, preocupados por la alarmante falta de forma física, y de salud.
LA CIENCIA CONTRA LOS MITOS
Despreocúpense los papis. Estudios recientes demuestran y aconsejan el trabajo aeróbico y de fuerza en niños y adolescentes para mejorar la salud ósea, el desarrollo muscular, la motricidad, composición corporal, la confianza, la voluntad, las cualidades sociales e incluso el rendimiento académico.
¿Cuál es la clave? Pues, una vez más, confiar en profesionales competentes y titulados, quienes sabrán prescribir el ejercicio adecuado e inculcar buenos e imprescindibles hábitos para el futuro.
Las pesas no cortan el crecimiento ¡Lo favorecen! Yo todavía busco enanitos en mi gimnasio.
