El miércoles fue la celebración del Día Mundial de Internet, una fecha elegida durante la Cumbre de la Sociedad de la Información de Túnez en 2005, que decidió proponer a la ONU esta conmemoración para difundir las posibilidades de las nuevas tecnologías para mejorar el nivel de vida de los pueblos.
Internet es a día de hoy una de las herramientas más poderosas del mundo. Un poder que debe ser utilizado como herramienta de transformación social, gracias a una tecnología ha conseguido avances impensables hace décadas, ampliando por ejemplo el alcance de la información a nivel global.
Una de las reivindicaciones históricas de diferentes organizaciones digitales es el reconocimiento del acceso a internet como un derecho fundamental y que las autoridades impulsen programas e iniciativas de alfabetización digital.
“La tecnología puede ayudar a cambiar la vida de las personas, especialmente de aquellas que viven en una situación de exclusión”, subraya el presidente de la Asociación de Usuarios de Internet (AUI), Miguel Pérez Subías. La AUI coordina en España el comité formado por más de 60 entidades que organiza cada año los actos en España del Día Mundial de Internet, y que han escogido este tema que considera “fundamental” para la sociedad.
Para arrojar luz sobre la complejidad del tema, el pleno del Senado acogerá hoy jueves un debate que será el acto central del Día Mundial de Internet en España.
En él participarán representantes del sector de activismo social, el mundo de la discapacidad y la educación, como el Padre Ángel de Mensajeros de la Paz, el responsable de accesibilidad del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), Álvaro García o el responsable del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado, Felix Serrano, entre otros.
La responsabilidad a la hora de utilizar las redes sociales y la veracidad de las informaciones, la seguridad de las empresas y servidores y la capacidad de adaptación de los usuarios a los nuevos avances son parte de los desafíos actuales de la red, que además tiene por delante un año fundamental en el despegue del "internet de las cosas" y el el avance hacia la desaparición de los formatos de almacenamiento físicos en favor de "la nube".
