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El valor de una joya

Joyas de "Latonta y Larubia"

Nuria manzano es la responsable de "Latonta y Larubia", una marca de bisutería que mezcla minimalismo y mucho color para crear piezas únicas. si bien comenzó como algo puntual, hoy se ha convertido en una marca con estilo propio que gusta a todos los públicos

Muchas veces, cuando pensamos en las marcas que componen la industria de la moda, solemos olvidarnos de un sector muy importante que es el encargado de dar personalidad a los looks que vestimos a diario. La bisutería, además de moda, es artesanía y es arte. Desde “Latonta y larubia” juegan con el color y el minimalismo para crear piezas con mucha personalidad, tanto para la marca como para quien se las pone.

¿Cuál es la historia de la marca y por qué el nombre "Latonta y Larubia"?

Empezamos de una forma muy improvisada y sin más objetivos que el de hacer algunas piezas de joyería para ir a una feria cercana. Y de allí nos emepezó a gustar el trabajar juntos y, poco a poco, fuimos creando una marca con su propio lenguaje. El nombre nos iba a servir sólo para ir a esa feria y nos lo pidió la organizadora con muy poco tiempo. Fue una decisión informal y rápida que nunca pensamos que fuera a durar tanto.

Vuestras joyas son muy coloridas y variadas. ¿Cuál es la filosofía de la marca detrás de cada pieza?

Creemos que lo que une todo nuestro trabajo es la combinación equilibrada de artesania y diseño.

Al hablar de tendencias solemos centrarnos sobre todo en la ropa. ¿Cómo funcionan las tendencias en joyas?

Pues muy parecido, el campo de la moda es muy amplio y hay muchos puntos desde donde practicarlo, todo depende de donde te sitúes. 

Después de todo este tiempo, ¿Contáis con un cliente ya definido? ¿Cuál es el estilo de la gente que compra vuestras joyas?

Pues nos encanta y sigue sorprendiendo ir de ferias y descubrir que nuestro cliente no es para nada un solo tipo de persona. Se para un público tan variado en nuestrosproductos que no deja de sorprendernos.

Si tuvieseis que aconsejar a un cliente para comprarse una sola joya, ¿cuál sería?

Depende del cliente y la ocasión para que la quiera, claro está. Sino, con tener una sola joya en catálogo, lo tendríamos todo solucionado.

Vuestras colecciones tienen nombres tan curiosos como “Demasiados anillos y pocos hombres” o “Baila que ritmo te sobra”. ¿De dónde surgen estas temáticas?

De conversaciones, de ideas espontáneas, de estribillos de canciones que hemos bailado mucho...

En cualquier trabajo creativo, todo parte de una idea. ¿Cómo es el proceso de trasladar los conceptos que os inpiran y transformarlos en joyas?

No siempre surge igual. A veces partes de unos referentes, otros salen ideas en conversaciones que tenemos o bocetos de piezas que te imaginas. Luego llega el momento de hacer pruebas en el taller, descartar ideas que no resultan como esperabas o prototipos imposibles de realizar que en tu cabeza parecían geniales. El proceso de pruebas y montaje, descarte e ideas nuevas es como cualquier otro proceso creativo: una montaña rusa.

¿Cómo ha sido el trayecto de crear una marca propia con una identidad tan marcada?

Empezó de una forma tan natural que ni nos dimos cuenta de hacia dónde íbamos. Poco a poco fuimos cogiendo camino, y de allí en adelante... una aventura.

En un mercado tan competitivo, ¿es fácil hacerse un hueco hoy en día?

Pues no sabemos cómo sería antes, pero ahora es de todo menos fácil.

En nuestros looks diarios o especiales, ¿damos a las joyas la importancia que se merecen?

Tenemos un proyecto en el que hacemos alianzas de boda reutilizando piezas de oro personales de los novios o su familia. Y ahí se ve cómo cuando una pieza simboliza algo concreto y especial para la persona se convierte en algo importante. Normalmente la gente valora lo que realmente tiene un valor. Ya sea una pieza de oro o una de hojalata que la abuela nunca se quitaba de encima.

¿Por dónde creéis que pasa el futuro de la bisutería dentro del mundo de la moda?

Esperemos que sea por el de realzar el valor del producto hecho a mano y de cercanía. Tanto en bisutería como en moda, nos encantaría un consumo responsable.

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