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Las rutas del Entroido ourensano

Su tradición ha perdurado en el rural incluso durante las décadas más ominosas de nuestra historia contemporánea. El regreso de la democracia consiguio que volviese a tomar las calles de las ciudades. El Entroido, o mejor aún, los entroidos, se han convertido en el gran eje festivo en torno al cual gira el invierno

Los dominios del Entroido se extienden por toda Galicia. Desde la costa coruñesa hasta el oriente ourensano se podría trazar una sinuosa ruta, unas veces saltarina, otra más uniforme que nos llevaría por ciudades y villas de la costa y del interior. En Xinzo de Limia, la capital indiscutible de estas fiestas, se hace recuento de todas las localidades en las que esta fiesta tiene arraigo, gracias al trabajo de recopilación, investigación y difusión que se realiza desde el museo del Entroido.

cobres5_resultPara los amantes de estas fiestas que están dispuestos a no perderse ni una, van a tener difícil acudir ya no a todas, sino tan siquiera a las más importantes, pues pasan ya de la docena las que cuentan con historia y una atractiva puesta en escena. Ourense es, en este apartado, la provincia con más tradición. Un arraigo que aguantó incluso los tiempos menos carnavalescos de nuestra historia contemporánea, como fueron los casi cuarenta años de dictadura de Franco. Esa “cuaresma” que comenzó no un miércoles de ceniza sino el sábado 18 de julio de 1936 borró del mapa muchas fiestas populares y entre ellas, la mayoría de los carnavales. Pero no en Xinzo, ni en Laza, ni en Verín, ni en Maceda ni en otros pueblos del Ourense más oriental: Vilariño de Conso, Viana do Bolo, Manzaneda… que lograron resistir, muchas veces gracias al empeño de los vecinos y en algunos casos, a la vista gorda que hacía la autoridad gubernativa.

Si atendemos a los que han sido declarados de interés turístico gallego, en la actualidad son nueve localizaciones: Xinzo de Limia, Verín, Laza, Manzaneda, Maceda, Viana do Bolo y Vilariño de Conso en la provincia de Ourense. Cobres en Vilaboa (Pontevedra) y os Xenerais do Ulla en diferentes localizaciones a orillas de este río, en las provincias de Pontevedra y A Coruña, como A Estrada, Vedra, Boqueixón, Vila de Cruces, Teo y Touro.

El Entroido se manifiesta con más intensidad en la Galicia sur que en la norteña. Ourense y Pontevedra son las dos provincias con más fiestas y más extendidas en un calendario que llega a sumar hasta un mes de duración, extendiéndose desde el domingo fareleiro hasta el domingo de piñata, que es el primero de la cuaresma.

Como todo ciclo festivo que se precie, tan importante como su puesta en escena, sus máscaras, sus bailes, sus pasacalles y distintas etapas rituales de su calendario, es su gastronomía. Una gastronomía gobernada por el cerdo en todo su esplendor: cachucha como la que exalta O Carballiño en su domingo de Piñata, botelos y androllas en las comarcas de Valdeorras y A Fonsagrada, lacones en la mayor parte de Galicia, acompañados con sus grelos y cocidos con toda su anatomía despiezada como festejan en Lalín. Los dulces del Entroido son específicos de estas fiestas: las orejas y las flores no las volveremos a ver en el resto del año. Algo que sucede con el turrón en Navidad, o los huesos de santo por Difuntos. Las filloas, que también toman los platos de la sobremesa en estas fechas, tienen su cita más emblemática en Lestedo, Boqueixón, con sus máquinas de invención propia, para realizar a un tiempo docenas y docenas de filloas y así poder atender a una demanda que en muy pocas horas se ventila más de un millar de piezas.

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