Westworld concluye su primera temporada con cifras impensables y grandes esperanzas
¡¡ALERTA SPOILER!!
WESTWORLD prometía ser la gran heredera de HBO. Esa ficción que el espectador espera ávido cada semana mientras le suscita más sentimientos enfrentados por segundo de los que puede asimilar.Hoy, orgullosos, con una refrescante sensación de victoria sobre la falsa humanidad, podemos decir que HBO cumple sus promesas. Con solo los diez capítulos que conforman su grandiosa temporada, ya ha superado los índices de audiencia de las primeras entregas de Juego de Tronos y True Detective. Seguimos esperando con ganas la nueva temporada de GOT, pero ahora más tranquilos, ya tenemos algo que nos ayudará a superar su falta cuando llegue el final.
Tras los innumerables giros argumentales, Westworld concluye la primera trama de su historia con maestría. Guiados por la agónica narración de Ford, hemos asistido sin enterarnos al entrecruzamiento de varias líneas temporales. Paso a paso, kilómetro a kilómetro dentro de los áridos parajes que forman Delos, la consciencia del espectador fluye adormecida sin saber cual es su destino. Como los androides que protagonizan las narrativas de este parque futurista, de pronto algo despierta en el interior, presente y pasado han cabalgado juntos los nueve episodios de la insuperable temporada, y nuestra inteligencia recién despierta, brilla para mostrarnos el vaticinio del futuro.
Una serie con una poética brillante, una producción inigualable, y un lenguaje cinematográfico de exquisitez suprema.
Lo mejor, es su discurso oculto. Lo que podría parecer una rebelión del androide contra su creador, es un análisis del quebradizo terreno de la humanidad, la rasgadura de la razón, esa que nos hace libres. Pues en Westworld, ya no es la inteligencia artificial la que se revela contra el hombre, son seres que tras encontrar el final del laberinto, se rebelan contra sus iguales, para luchar por la humanidad que les fue arrebatada. Westworld representa ese lugar donde la frontera entre la humanidad y la animalidad se diluye, la absoluta libertad que nos permite abrir la puerta hacia lo salvaje, que duerme intranquilo en el interior del hombre. Lo que nos espera en la próxima temporada como espectador, es elegir un bando. Tras una década de abusos y matanzas injustificadas, el androide toma consciencia y se rebela contra su opresión, empuñan las armas, y se vuelven salvajemente humanos. Anthony Hopkins ya ha escogido un bando, el de no volver a protagonizar una serie de TV. ¿Y tu? ¿Ya tienes el tuyo?
