Luxuria forma parte del trabajo de Pablo Vidal que bajo la marca Vinos con Personalidad busca esos vinos singulares aquí y allá, siempre identificados con el paisaje en el que se crían pero con un carácter especial
Cuando este vino comenzaba a fermentar en un pequeño depósito de acero inoxidable estaba cerrando sus puertas la exposición sobre El Bosco en el museo del Prado de Madrid, con motivo del quinto centenario de la muerte del maestro de la pintura flamenca. No es casualidad que la etiqueta de Luxuria esté ilustrada por un fragmento del Jardín de las Delicias, uno de sus cuadros más famosos. Además de la coincidencia del nacimiento de este vino con la efeméride del artista, comparten cuadro y vino el trabajo paciente de sus respectivos creadores. El cuadro le llevó al Bosco casi diez años. El vino, no salió al mercado hasta casi veinte meses después de su vendimia.
Luxuria forma parte del trabajo de Pablo Vidal que bajo la marca Vinos con Personalidad busca esos vinos singulares aquí y allá, siempre identificados con el paisaje en el que se crían pero con un carácter especial. Vinos de guarda, con crianza y pensados para una larga evolución en botella, demostrando la capacidad de las regiones vinícolas gallegas para defender con éxito vinos a los que la madurez les aporta nuevas cualidades. En su todavía corta experiencia ya le respaldan las altas valoraciones de las guías especializadas y los Bacchus de Plata y Oro que ganaron los predecesores de Luxuria: Renacido y Maldito, Ribeiro y Valdeorras, respectivamente.
Luxuria es un vino de Monterrei, en el que ensambla Godello y Loureira, la segunda con una proporción de un diez por ciento, suficiente para enriquecer con su paleta aromática las extraordinarias cualidades de la Godello de esta región interior de Galicia. El mimo con el que trabaja, pese a tratarse de ediciones muy cortas, esta primera es de tan solo 2.500 botellas, se pone de manifiesto en cada uno de los pasos que ha seguido desde la llegada de las uvas a la bodega: criomaceración pelicular de la Loureira y lenta fermentación alcohólica a baja temperatura. Le siguió una larga maduración y afinado en bodega sobre lías finas, en depósito de acero y barrica de roble húngaro con tostado ligero.
Un vino de una extraordinaria riqueza de matices aromáticos, de gusto sabroso, un punto untuoso y muy apropiado para enfrentarse a cualquier comida.
