DE LA TIERRA

Grelos y nabizas, el verde de la huerta gallega

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Estamos en las últimas semanas de las nabizas, que darán paso a los grelos. Si hay una verdura que merece el título de hija predilecta del campo gallego es ésta. También fue uno de los primeros vegetales que se elaboraron en conserva en Galicia. A Rosaleira fue la pionera.

Nabizas y grelos  son hijos del mismo padre, el nabo, una hortaliza que en Galicia suscitó escaso interés gastronómico, todo lo contrario de lo que sucede con sus brotes que se aprovechan para revueltos, cocidos, empanadas y un sinfín de recetas. Se plantan en agosto y empiezan a recolectarse a partir de octubre. Hasta diciembre son nabizas. A partir de enero, cuando asoman los primeros indicios de la floración, llegan los grelos, que estarán en cartel hasta Semana Santa, más o menos. Posee una IGP desde 2009, a la que, según datos de la consellería de Medio Rural, a diciembre de 2015 estaban adheridos 188 productores que sumaban un total de 106 hectáreas. Una nimiedad, si consideramos que según la Revista de Estudos Galegos, en la década de 1980 había más de 50.000 hectáreas dedicadas en Galicia al cultivo de los grelos. Como cultivo de rotación o de complemento, ayuda al agricultor a regenerar la tierra. En Lourenzá, por ejemplo, se alterna con las fabas. La mayoría de los grelos que llegan en manojos a las tiendas y fruterías gallegas están fuera de la IGP. 

Sin embargo, la trazabilidad y la calidad vienen certificadas por órganos como el consejo regulador de la indicación geográfica y, de hecho, el éxito de las conserveras que alargan la temporada del grelo a los 12 meses del año y extienden su mercado a más allá del Padornelo, el "Telón de Grelos", que se le llamaba en la década de 1970, viene determinado por la veracidad que otorga el sello de origen gallego.

A Rosaleira, que fue la primera conservera de vegetales que se instaló en Galicia, es la mayor productora de grelos en conserva de nuestro país. Utiliza el ecotipo de Santiago, la variedad más extendida, frente a la de Lugo, que solo comercializa una empresa. La maquinaria moderna con la que trabajan hoy día sirve para facilitar el trabajo manual que sigue siendo el primordial: a la hora de seleccionar, cortar y envasar los grelos, o las nabizas, según sea otoño o invierno. La historia de A Rosaleira y sus productos merece un lugar preferente en el podio de la industria alimentaria de nuestro país por su carácter pionero y ejemplar. Y a la hora de llevar los grelos gallegos por el mundo adelante, sobre todo, allí donde hay un restaurante o una colonia gallega que quiere disfrutar de una de las verduras esenciales de su gastronomía patria. Grelos gallegos con IGP y con el sello de Galicia Calidade.

Además de A Rosaleira, envasan grelos en conserva, listos para utilizar en cualquier plato con tan solo calentarlos, Lumieira en Arnoia, Posada en Ourense, Castelo en Vilalba y Amorodo en Soutelo de Montes. Solamente dos de ellas, A Rosaleira y Lumieira, envasan grelos con IGP. 

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