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Heildelberg, enclave del romanticismo

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Heidelberg es una encantadora ciudad alemana situada al norte del Valle del río Neckar

Heidelberg es una encantadora ciudad alemana situada al norte del Valle del río Neckar, la cual tiene un histórico prestigio por ser la sede de la primera Universidad de Alemania, fundada en 1386.

La Haupstrasse es la calle más larga de Alemania. Pasear por ella, entre los bellos y coloridos edificios, y la animación de las tiendas y establecimientos, es un placer para los sentidos y la mejor opción para sentir la esencia de la ciudad. La calle va desde el centro de la ciudad moderna, la plaza Bismark, donde se concentran todos los transportes públicos, hasta el centro neurálgico de la ciudad antigua, la plaza del Mercado.La plaza del Mercado es el centro de la ciudad antigua, donde se ubica la iglesia del Espíritu Santo, la más antigua de Heidelberg, el Ayuntamiento y el bello edificio de piedra de la Casa Zum Ritter, uno de los pocos que quedan tras la casi completa destrucción de la ciudad en 1622. En medio de la plaza se encuentra la fuente de Hércules, erigida entre 1706 y 1709, y que hace referencia a los enormes esfuerzos que costó a la población la reconstrucción de la ciudad tras la Guerra de los Treinta Años. Muy cerca de la plaza del Mercado tienes el histórico puente de Carlos Teodoro, con la puerta de Carlos en primer plano, uno de los puntos icono de la ciudad. El puente fue levantado en honor del Elector Palatino Carlos Teodoro, quien lo mandó construir en 1786 en el lugar que ocupaba un original puente de madera de finales del siglo XIII.

Cruzando el puente de Carlos Teodoro se subir a la senda conocida como paseo de los Filósofos. Desde sus miradores hay una de las mejores vistas panorámicas de Heidelberg.
Utilizando el primer tramo del funicular se llega al Castillo de Heidelberg. La mayor parte del Castillo de Heidelberg está en ruinas, si bien se puede visitar el patrio central y algunas salas interiores, y sobre todo pasear por sus jardines hasta llegar al mirador.

En la plaza de la Universidad están enfrentados los edificios de la antigua Universidad de Heidelberg y de la nueva creada en 1931 con ayuda de los norteamericanos. Pero lo más recomendable es visitar la curiosa antigua Cárcel de Estudiantes, que estuvo funcionando desde 1823 hasta 1914.
Para el tiempo de ocio, asistir a un concierto de órgano, a alguno de los espectáculos que asiduamente se programan en el Castillo de Heidelberg o realizar un crucero por el río Neckar, tanto en versión corta por las orillas de la ciudad en un barco de energía solar o, en versión bastante más larga hasta el pueblo de Neckarsteinach, que concentra cuatro pequeños castillos, son algunas de las opciones que deben ser tomadas en cuenta antes de abandonar la ciudad.

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