Es una artista total: canta como los clásicos del jazz, rapea como los chicos del barrio y baila con el flow de la salsa latina
La primera vez que uno toma contacto con el mundo de Nathy Peluso bastan segundos para entender que está delante de una artista diferente. La argentina es mucho más que una canción de moda: va por otro camino muy distinto a ese que algunos medios han querido marcarle. Peluso navega alejada del trap y, sin embargo, abanderada del nuevo estilo urbano. Una contradicción absoluta pero que uno puede entender repasando sus hits y su trayectoria meteórica los últimos dos años.
Esta especie de Amy Winehouse mezclada con La Mala Rodríguez es la nueva realidad musical latina. Mezcla soul, rap, salsa, jazz y sobre todo swing. Referentes dispares pero absolutamente reconocibles en su trabajo, Gloria Estefan, Louis Amstrong, Missi Elliott y, por qué no Thalía, todo pasado por la batidora de la contemporaneidad que le dan sus 23 años recién cumplidos.
Nathy Peluso es una artista total: canta como los clásicos del jazz, rapea como los chicos del barrio y baila con todo el flow de la auténtica salsa cubana. Y por si eso no le llegase para conquistar el mundo, sus letras son auténticos cuchillos afilados que van directamente a lo que importa, a lo que a todos nos importa.
En directo es imposible no caer rendidos a su espectáculo, lleno de pasión, color, naturaleza y un talento que lo envuelve todo. Crea esa sensación de estar delante de algo de verdad, de algo superlativo, de algo que ha venido tirando puertas cada vez más importantes a golpe de ritmo y más ritmo.
Ahora saca su primer trabajo, “La Sandunguera”, título que bien le valdría para sobrenombre, ya que así la llamamos todos. Pero atrás quedan un puñado de singles editados en YouTube entre los que destacan: “Alábame”, “Corashe” y “Sandía”. Tres hits absolutamente imprescindibles para entender los últimos años en lo que a nueva música latina se refiere.
Con una personalidad tan arrolladora que intimida, Nathy Peluso es la imagen de la mujer en la industria musical en el siglo XXI: hace lo que quiere, cuándo quiere y cómo quiere. Con la valentía que da la seguridad en lo que uno es, en lo que uno tiene dentro y, sobre todo, saber que nadie está por encima de las buenas canciones. Y de eso, de canciones, la Peluso sabe mucho.
