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Gafas Norris: la artesanía pide paso

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Dice Manu Norriss que la crisis agudiza el ingenio y, en su caso, le llevó a combinar sus dotes para trabajar el cuero con un gran complemento de la moda como son las gafas de sol. Hoy, busca internacionalizar una marca que lleva la artesanía y la exclusividad por bandera.

¿Cómo nació Norriss Glasses?

Esta pregunta es la más habitual y sigo sin respuesta. Todo comienza hace cuatro años, en un momento complicado, intentando vivir de lo que podía producir con mis manos y supongo que de la necesidad surgió la idea. Vi que empezaban a tener éxito gafas con materiales nuevos como la madera, el papel o la tela. ¿Por qué no el cuero? Es un material noble y muy resistente con el tratamiento adecuado.

¿Cuál es el proceso de manufacturación del producto?

La idea es no poner plástico en la cara. La base es uno de los mejores cueros de curtido vegetal de vacuno, es la clave. Lo corto y grabo y entre las dos capas de cuero monto una subestructura de metal. Todo ello se encola, calienta, se prensa en moldes especiales y se deja curar dos o tres días. Después toca darle forma, pulir el producto y colocarle las lentes, todo ello sin estropear el cuero. En este proceso los márgenes son decimas de milímetro y con un material tan orgánico y maleable como el cuero es complejo.

Tras tres años, ¿en qué punto se encuentra el proyecto?

Intento vivir de lo que me gusta, crear haciendo algo diferente y buscando el límite en los materiales. Aún me encuentro en los inicios y me queda mucho camino. Los inicios en esta clase de proyectos son muy complicados, tienes que estar dispuesto y preparado a perder mucho, sin esperar ganar nada, simplemente disfrutar del paseo. Al menos así me lo planteo yo. Para mí un éxito es que una persona me diga que cuando se pone una de mis gafas se siente más guapa o que son las más cómodas. Eso me alegra el corazón y me anima a seguir. Desde hace un año intento internacionalizar la marca y está siendo complicado, pero voy poco a poco. Esto es una maratón y aún estoy calentando.

¿Cómo es emprender en plena crisis económica?

La necesidad agudiza el ingenio, eso es un hecho. Empezar en una crisis es lo que conozco y no podría compararlo con empezar en una época de bonanza económica. Cuando comencé con las gafas ya venía de vivir con lo justo y de pasarlo mal, así que supongo que ya estaba preparado y curtido para seguir así. Aprendes a disfrutar con las cosas pequeñas, a simplificar tu vida.

Cuentas con puntos de venta en Londres, Emiratos Árabes... ¿Quién es el cliente de Norriss?

Es muy variado, el común denominador es el amor por lo artesanal, por las piezas hechas con calma y que buscan no tanto la perfección sino un producto único, exclusivo y con una historia. Les gusta que no sea plástico, que el cuero se adapte a tu cara con el uso, que vaya cambiando con el tiempo. Que le guste el cuero es básico, pero sé que hay gente que también las ha adquirido por el diseño o el confort.

Cuentas con diferentes diseños. ¿En qué te inspiras a la hora de crear los diferentes modelos de gafas?

He aprendido algo sobre diseño, pero aún queda mucho. Intento que sean cómodas, estéticamente bonitas, teniendo en cuenta que el cuero es un material que absorbe mucho la luz, sobre todo el de curtido vegetal, que no tiene grandes brillos. Al estar rematadas a mano y ser un material blando si lo comparamos con plástico o madera, las líneas no son del todo puras, pero es Norriss, todo muy wabi-sabi.

Con la expansión del mercado, ¿hasta qué punto es importante para ti mantener la producción artesanal?

El proceso de fabricación ya lo tengo diseñado para que se pueda atender la demanda sin necesidad de grandes inversiones. La clave, simplificar y valorar la mano de obra artesanal. “A vaquiña polo que vale”.

Hoy en día la artesanía está "de moda”. ¿Por qué los clientes empezamos a huir del "fast fashion”?

La industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta. Desde el año pasado colaboro con la diseñadora de origen indio y afincada en Madrid, Kavita Parmar, quien tiene un proyecto que yo considero que es el futuro, “I OWE YOU”. Diseña, produce y comercializa sus piezas desde su tienda-taller en pleno barrio de Salamanca. La idea es la trazabilidad de las piezas y el uso de materiales sostenibles. Desde un principio me apoyó en la idea de no vestir plástico y dar una segunda vida a un material, el cuero, que es un remanente de la industria cárnica, curtido con corteza de árboles -remanente de la industria maderera- y todo ello hecho a mano por un artesano.

¿Por dónde pasa la expansión de Norriss?

Desde hace meses y con el tema de internacionalizar he eliminado la venta online, los gastos en marketing y redes sociales. Estoy haciendo antimarketing. El que quiera unas Norriss, las va a tener que buscar. En la web hay una lista de puntos de venta. Será mucho más lento, pero quiero crear una marca real, no una mentira como hay tantas. Además así te obligas a crecer poco a poco y el riesgo se reduce. El futuro pasa por Asia, ya estoy en contacto con distribuidores en Seul y Tokio, pero todo va a su ritmo. Hay que ser constantes y perseverar.

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