Un grandioso Ricardo Darín borda el papel de presidente de Argentina para reflexionar sobre la ética del poder político
En una Cumbre de presidentes latinoamericanos en Chile, en donde se definen las estrategias y alianzas geopolíticas de la región, Hernán Blanco (Ricardo Darín), el presidente argentino, vive un drama político y familiar que le hará enfrentarse a sus propios demonios. Deberá tomar dos decisiones que podrían cambiar el curso de su vida en el orden público y privado: por un lado, una complicada situación emocional con su hija, y por otro, la decisión política más importante de su carrera.
La última película de Santiago Mitre es un estimulante thriller político en el que emerge, sobre todo los demás, la gigantesca figura de Ricardo Darín, un actor que ha alcanzado un status tal que hace que cualquier filme en el que participa incremente exponencialmente su calidad habida cuenta de su certero ojo para aceptar con los personajes e historias que le proponen. Esta percepción puede despistarnos sobre el valor de la película en cuestión. Pero este no es el caso.
Mitre consigue hilvanar un película política que no cae en el panfleto y enfoca su mirada en la ética y la filosofía del poder pero sin caer en el alegato y lo consigue cambiando el tono en un momento dado introduciendo elementos personales del protagonista. El guión de Mitre y Mariano Llinás (presente en el Festival de Cine de Ourense de este año) se pone al servicio de los actores.
FICHA
Estreno 22 de septiembre
Director Santiago Mitre
Guión Santiago Mitre y Mariano Llinás
Reparto Ricardo Darín, Dolores Fonzi, Érica Rivas, Gerardo Romano
VEREDICTO: 4/5
