ENOLOGÍA

Liñariños, la finca que se convierte en vino

Moldes. 29-06-17. Provincia. Entrevista a Pedro Paz, propietario da adega Pazo Tizón en Moldes, Boborás.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Una de las fincas de Pazo Tizón en Moldes, Boborás.

Mil botellas. Es lo que darán de sí, aproximadamente, las tres barricas de roble francés de 300 litros en los que se ha criado el vino que lanzará este año en edición muy limitada Pazo Tizón

Se trata de un proyecto abordado por Pedro Paz, propietario de la bodega y el enólogo Álvaro Bueno, partiendo de su Pazo Tizón blanco, en el que se ensamblan Treixadura, Albariño y Loureira, con el que la bodega de Boborás ha cosechado dos premios consecutivos al mejor blanco de colleiteiro en la cata oficial del Ribeiro.

Finca Liñariños incorpora al catálogo de la bodega un vino de crianza, algo que había realizado ya en el pasado, con su primigenio Extramundi. Pero en esta nueva andadura dan un paso más y elaboran también un vino de pago. Utilizan para ello únicamente las uvas procedentes de la finca Liñariños, la que se encuentra en la aldea del mismo nombre, lugar de nacimiento del colleiteiro, y que ahora es de su propiedad.

Se trata de un terreno bien orientado, aireado, con una importante tasa de soleamiento, que permite que los racimos, maduren y alcancen su punto óptimo de sabor y azúcares sin necesidad de recurrir a cosechas tardías. La poda en verde, reduciendo la producción de las cepas también contribuye a realizar una vinificación en la que la selección de la uva se realiza ya en la misma planta, con el trabajo cotidiano en viña, especialmente a partir del verano.

Finca Liñariños fermenta en depósitos de acero inoxidable y luego es sometido a una crianza en barricas nuevas de roble francés de 300 litros durante seis meses con remontados semanales para propiciar que las lías finas impregnen con su untuosidad el vino y le aporten propiedades que le dan una vida más prolongada en botella. 

Es un vino muy equilibrado, que mantiene las cualidades del joven, pero que gana en estructura. La madera apenas se percibe en boca. Son los aromas sutiles de vainilla los que la manifiestan.

Un vino con un recorrido muy largo que puede enfrentarse sin complejos a platos elaborados, ya sean de pescado o de carne. O simplemente disfrutarlo sin más compañía que la de unos amigos.

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