TURISMO

Los siete pueblitos de Istria

La pintoriesca ciudad de Rovinj.
photo_camera La pintoriesca ciudad de Rovinj.

En la península de Istria, en Croacia,  hay siete pequeñas localidades, que no solo rebosan belleza, también historia y cultura. Son las siete encantadoras ciudades más pequeñas del mundo

En Istria, la mayor península del mar Adriático y cuya mayor parte se localiza en el noroeste de Croacia, sorprende la gran cantidad de pequeñas localidades pesqueras que pueblan sus costas, así como el gran número de villas medievales fortificadas encaramadas en lo alto de las colinas.

Siete de estas localidades que en el pasado obtuvieron la distinción de ciudades por su importancia, y que son un reflejo de las grandes civilizaciones y culturas que han pasado por el territorio croata a lo largo de la historia, son ahora pueblecitos llenos de encanto y de magia, cuya visita resulta inolvidable.

Con una costa de 242 kilómetros y espectaculares paisajes, Istria cuenta también con pueblos medievales y aldeas en lo alto de sus colinas, así como viñedos y olivares en el interior, con un clima agradable, convirtiéndola en una de las más atractivas princesas turísticas de Croacia.
Esta península es la casa de unos singulares siete enanitos, que tienen personalidad propia y siembran la alegría a su alrededor al igual que los del cuento de Blancanieves.Recorrerlos es como vivir en un cuento de hadas.

Groznjan (Grožnjan), también es conocido como el Pueblo de los artistas porque durante los meses de verano sus calles se llenan música y arte, y allí trabajan y exponen su obra numerosos artistas contemporáneos.

El pueblo medieval de Motovun fue fortificado por los venecianos, y así lo refleja el típico león veneciano que guarda la puerta exterior, dominando la colina a cuyos pies discurre el río Mirna, surcando el valle, en medio de un paisaje que recuerda a la Toscana italiana.

Otro de los pequeños pueblos de esta península es Hum, donde el tiempo parece haberse quedado detenido en la Edad Media, según sugiere su arquitectura urbana en buen estado de conservación. Recorrer los encantadores rincones y calles medievales de la ciudad no lleva más de dos horas, durante las cuales es probable que el visitante se cruce con todos sus habitantes, ¡alrededor de diecisiete!. Es que Hum presume de tener el título de la ciudad más pequeña del mundo.

Labin es una ciudad medieval construida en un lugar estratégico. Su centro histórico, con callejuelas empedradas y una arquitectura pintoresca y colorida atrae al visitante en busca de información sobre un antiguo habitante, Matías Flacius Illyricus, reformador y colaborador de Martín Lutero, y de historias mineras, las cuales pueden conocerse en una destacada instalación del Museo Municipal.

La siguiente parada, es la no tan pequeña Pula, la urbe más grande de Istria, cuyos orígenes son anteriores a la época de las colonias romanas y donde se alza majestuoso y desafiando al tiempo, el sexto anfiteatro romano más grande y mejor conservado del mundo.

Frente a las costas de esta animada ciudad junto al mar, llama la atención un archipiélago de catorce islotes que forman el Parque Nacional de Brijuni, valioso por su fauna, flora e interés cultural, al que se puede acceder en barco desde la vecina localidad de Fazana. 

Recorriendo la costa hacia el norte se llega a la adoquinada y romántica Rovinj, que cuenta con una de las construcciones barrocas más bellas de Istria, dominando la ciudad, la iglesia de Santa Eufemia, la patrona de la ciudad cuyas reliquias están en una tumba de mármol de este templo. 

El recorrido por las siete ciudades culmina en Porec, cuyo centro histórico está delimitado dentro una península, como ocurre con otras ciudades costeras de Croacia. Su trazado lo construyeron los romanos pero, al caer el Imperio romano, la ciudad pasó a manos del Imperio bizantino que dejó un importante legado reconocido por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, entre ellos la basílica Eufrasiana con sus magníficos frescos, según a OTC, que añade que en esta región se puede practicar rápel y visitar la famosa cueva de Baredine.

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