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Low cost, cuando tienes un bólido y no sabes conducir

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Las ventajas pueden estar en los horarios y los precios de este tipo de instalaciones, pero puede haber el inconveniente que no cuente con gente preparada o la suficiente trabajando en ellas

El mundo del Fitness experimentó un creciento espectacular en los últimos años. Las tendencias de los datos y los estudios del sector indican que esta industria tiene un enorme margen de desarrollo en todo el mundo.

El gimnasio convencional mudó en diferentes posibilidades, adaptándose a las necesidades de un nuevo tipo de consumidor, muy diferente al de final de siglo XX. Se podría resumir esta reflexión en que el ejercicio físico está hoy al alcance de todos los bolsillos, si bien la profundidad de ese bolsillo determinará la calidad del servicio recibido por el cliente.  

PRECIO, HORARIO Y EQUIPAMIENTO

Desde hace años, se ha consolidado un tipo de negocio denominado como ‘Low Cost’. Esto es un centro deportivo -por lo general una gran instalación- de gerencia pública, privada o combinada; que ofrece todas las posibilidades de una gran superficie por un precio -diario, mensual, trimestral o anual- muy bajo en comparación a la media de mercado. 

¿Ventajas? El mencionado precio, un amplio horario de apertura -en algunos casos de hasta 24 horas- y la disposición de una sala con gran variedad de maquinaria de última generación. Incluso de clases colectivas virtuales, a través de una pantalla, en funcionamiento todos los días del año.

EL PRECIO DE LAS COSAS

¿Inconvenientes? Este modelo de negocio se nutre de un amplio número de clientes, sin tener en cuenta horarios y capacidad de la sala. Pensando más en el principiante impulsivo que firma tres o cinco meses por adelantado y abandona a las dos semanas.No será extraño la masificación, la curiosa circunstancia de guardar turno para utilizar una máquina.

Pero el problema más grave, a nuestro juicio, es la falta de atención al público. La mayoría de estos centros no cuentan con un profesional en la Sala. O si lo tiene, bastante hace con evitar que 70 personas se peguen o dañen durante su turno de trabajo.

Claro, el servicio personal y supervisado, el correcto y eficiente uso del material, cuesta un precio que algunos empresarios sacrifican por bajar la cuota. ¿Y de qué nos sirve un Fórmula 1 si no sabemos pilotarlo? Para estrellarnos en la primera curva.

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