San Rosendo, en la Nacional 525 ofrece un menú del día conformado por cinco primeros y seis segundos por nueve euros, incluido postre y café, además de bebida y pan
Tantas veces pasé por delante de este establecimiento que, por fin, esta semana, decidí probar qué tal se comía allí. Suele haber muchos coches estacionados a mediodía, lo que significa que no son huéspedes del hotel sino del restaurante. Porque además es un hotel de dos estrellas
El día que acudí era viernes. Había una gran afluencia de comensales. Un menú del día conformado por cinco primeros y seis segundos por nueve euros, incluido postre y café, además de bebida y pan. El precio, la verdad, una auténtica ganga, visto así, a priori. Porque además, en el comedor, dentro de la modestia de un hotel de dos estrellas en carretera, ofrece un espacio cómodo, bien iluminado y con un mobiliario decoroso.
Revuelto de grelos y gambas, guisantes con jamón, menestra, entremeses... eran algunos de los primeros, y en los segundos, de haber llegado a tiempo, habría podido probar el cordero asado o la milanesa, que ya se habían agotado. Pero me decidí por el lomo a la plancha (también había filete de hígado y filete de ternera). Siendo un plato sencillo, acompañado con unas patatas fritas, estaba hecho con cuidado. Hecho lo justo para que no estuviese crudo pero no demasiado para que quedase seco. Flojeó un poco en los postres, pensando en un goloso como yo. Alguien de vida más saludable habrá agradecido la fruta del tiempo o los yogures. Pero no lo reprocho. El conjunto, teniendo en cuenta el precio, es muy aceptable. A ello hay que sumar un espacio limpio, con un servicio amable, diligente y muy bien sincronizado con una cocina que entregaba los platos sin hacer esperar al comensal.
A ello hay que sumar la comodidad de un amplio estacionamiento, a un paso de la ciudad.
