ENTREVISTA

Miguel Ángel, el fútbol soñado

OURENSE (CAMPO FÚTBOL OS REMEDIOS). 13/11/2017. OURENSE. Retratos del deportista ourensano Miguel Ángel González Suárez, portero durante 18 años del Real Madrid y Premio Ourensanía 2017. FOTO: ÓSCAR PINAL
photo_camera Miguel Ángel.

Era jugador de baloncesto y se convirtió en un portero legendario del fútbol español. El premio Ourensanía culmina su dilatado palmarés.

La cancha del estadio José Antonio, hoy Couto, era mucho mejor para entrenar. Eso pensaba Miguel Ángel González (Ourense, 1947), cuando pasaba allí horas y horas cada día. Hasta que el azar lo llevó a probar como portero de fútbol en la Agrupación Deportiva Couto. Un día fue cedido para un partido amistoso al Celta, que iba a jugar contra el Real Madrid. Así comenzó una de las carreras más sólidas de la historia del fútbol español. Casi veinte años portero del Real Madrid, dieciocho veces portero de la Selección Nacional y uno de los palmarés más cargados de trofeos. Este ourensano tranquilo, que cumplirá 70 años el día de Nochebuena se considera un hombre de suerte, pues alcanzó su sueño, jugar en el Real Madrid, antes de cumplir los 20 años y vivió vinculado a su club 45 años. Toda su vida laboral. Pero tras la suerte hay una persona de una gran humanidad y espíritu deportivo. Un ourensano ejemplar.

1. ¿Hay mucha diferencia del baloncesto al fútbol, le resultó difícil el cambio ?
Si juegas como portero no. Al fin y al cabo, en ambos casos se coge el balón con la mano. Yo creo que es algo que tal vez se está perdiendo, pero es importante que los porteros cogan la pelota con la mano. Siempre me gusta decirle a quienes empiezan en ésto que los porteros somos los jugadores que más queremos el balón. El resto del equipo le da con el pie. Es como si la tratase a patadas. Nosotros, en cambio somos los únicos que tenemos ese privilegio de poder cogerla.

2. Cuando comenzó, ¿pensaba que esa iba a ser su profesion?
Yo tenía claro que quería dedicarme al deporte desde el principio. Cuando comencé con la Agrupación Deportiva Couto, tenía diecisiete años. 

3. Y de un equipo que ni era el primero de Ourense, al Real Madrid ¿cómo sucedió ?
Yo llevaba dos temporadas jugando con el equipo. El Celta quería ficharme y un día, que iban a jugar un partido amistoso a Madrid, le pidieron a mi presidente si podían llevarme de portero. Él me lo consultó y le dije que sí. Entonces salieron de Vigo en el autobús y me recogieron en Ourense camino de Madrid. Y así fue como jugué de portero del Celta en Madrid. Y a los diez días de aquel partido me mandaron un telegrama para que me presentase en Madrid para hacer una prueba.

4. ¿Cómo vivió ese momento?
Para mi fue como un sueño. Un sueño del que pensaba que debía despertarme y lo pensé muchas veces. Porque pasé de un equipo segundón de Ourense nada menos que al Real Madrid que era en el que me gustaba soñar que algún día podría jugar. Además, tuve la suerte de que al poco de llegar, en aquella temporada, me traspasaron al Castellón, que estaba en segunda división. Esto me permitió, en primer lugar, jugar más partidos que si me hubiese quedado en el Real Madrid, con muy pocas posibilidades de jugar con el equipo titular para un recién llegado. Y en segundo, que el cambio no fue tan drástico frente a mi vida anterior. Ten en cuenta que yo pasé de vivir en casa de mis padres a ser independiente, y esa transición la viví mucho mejor en una ciudad más pequeña, como Castellón, de lo que habría sido en Madrid.

5. ¿Cómo fueron sus primeras temporadas con el Real Madrid ?
Al principio fue difícil, porque un entrenador, hablo de aquel tiempo, no se la jugaba con un muchacho de veinte años. Hoy se dan oportunidades incluso a jugadores con 18 pero las cosas eran muy diferentes a finales de la década de 1960. Miguel Muñoz me fue dando oportunidades, en algunos partidos, pero con mucha calma. El gran cambio vino con la llegada como entrenador de Miljan Miljanic.

6. Aquel era un Real Madrid mítico, con todos sus jugadores españoles ¿Cómo era la relación con ellos?
Era el Real Madrid de Pirri, de Gento, Velázquez, Amancio, Zoco, Grosso, Betancort... en fin que entrabas en un vestuario siendo un chaval, con veinte años y te encuentras con todas aquellas figuras del fútbol y era una impresión muy grande. Lo cierto es que como compañeros eran estupendos y existía ese sentido de compañerismo por parte de los veteranos que hacía que como novato te sintieses muy a gusto. Los veteranos te ayudaban muchísimo.

7. ¿Y era así siempre, para un principiante ?
En aquella época la escuela del Real Madrid comenzaba siempre en el vestuario del primer equipo. Allí es donde comenzabas. Los veteranos te animaban, te daban consejos y hacían que te sintieses uno más con ellos. Eso era muy importante para los jóvenes. La misma enseñanza que recibí de ellos la apliqué yo cuando era yo el veterano. Eso era uno de los mejores aspectos que tenía el Real Madrid.

8. Desde el punto de vista económico ¿cómo era la vida de un jugador? ¿igual que ahora?
En primer lugar, la vida en España ya no era como ahora y la de los futbolistas tampoco. Es cierto que estabas mejor pagado que la mayoría de la gente que tenías en tu entorno, pero no era como ahora que con lo que gana un jugador del Real Madrid, y no me refiero a las grandes figuras, puede retirarse para el resto de su vida. Nosotros de aquella podíamos comprar un piso, a plazos. Cuando cobrabas la ficha dabas una entrada y el resto a plazos. Hoy compran, no uno sino tres pisos.

9. ¿Pensaba usted en qué haría cuando se retirase o eso es algo que no se planteó mientras jugaba ?
No te lo planteas en ese momento. La mayoría confiaron en amigos de fuera del fútbol para montar un negocio al dejar de jugar. Y unas veces salía bien y otras mal. Tenemos la asociación de veteranos del Real Madrid para ayudar a los compañeros mayores y sus viudas para esos compañeros que se quedaron en la calle. Hoy eso es impensable. Es que a los 32 años te decían que ya eras mayor y aunque no te sintieras mayor ya te echaban y había que comenzar la vida de nuevo y eso resultaba muy duro, sobre todo porque las condiciones no eran las mismas que ahora.

10. Siguió en el Madrid hasta la jubilación. Un caso único en la historia
Yo me retiré a los 38 años de portero, después de una lesión, pero  continué en el equipo. Primero, Mendoza se inventó un puesto de trabajo para mí, ser delegado del club, un papel que entonces hacía un directivo. Luego me nombraron director de la ciudad deportiva. Después, Fabio Capello me quiso de ayudante como entrenador de porteros. En fin que hice de todo un poco. Para mí fue una experiencia muy bonita. Quería ser jugador del Real Madrid cuando era niño y desarrollé toda mi actividad deportiva profesional en el club en el que siempre había soñado. Fueron cuarenta y cinco años magníficos, en donde yo quería estar.

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