Desde los años 50, la familia, natural de Lalín, ha sido el paradigma de la confección en punto. ahora, con el nuevo siglo, el rumbo de la empresa lo han tomado Paula y Roberto, nietos de los fundadores
Lalín. Años 50. Fidel Montoto decide dejarlo todo y confiar su porvenir a una máquina de tejer. Nacía así la que con el tiempo se convertiría en marca líder de las prendas de punto en España. El paso de los años fue generoso con la empresa, que, con alguna dificultad, consiguió sortear la crisis económica y permanecer en manos del apellido lalinense. Hoy, los hermanos Paula y Roberto, aplican su formación en otorgarle el resurgir que se merece a la gran herencia de sus abuelos.
Hablar de Montoto es hablar de uno de los nombres imprescindibles en la historia de la moda en Galicia.
Montoto se fundó en el año 1954. Nuestros abuelos, que en aquella época se dedicaban a otro sector, decidieron vender lo poco que tenían para comprar su primera máquina de tejer. Fabricaban pequeñas producciones que vendían a diversos clientes que iban visitando en Galicia. Poco a poco la demanda fue aumentando hasta convertirse en una empresa que llegó a exportar a diferentes países como Israel, Chile, Francia o Brasil desde un pequeño pueblo del centro de Galicia.
¿Cuál es la filosofía tras las prendas de Montoto?
Nosotros seguimos manteniendo el mismo saber hacer que antaño. Aparte de los intereses comerciales, queremos prestar atención a otros aspectos que pueden parecer más superfluos a nivel empresarial. Intentamos hacer de la empresa una familia, donde todos los empleados están directamente implicados en la buena marcha de la empresa. Así como un entorno laboral aparte de productivo, agradable. Nuestros enfoque empresarial parte del principio de la relación y su entorno, en el que nuestra premisa es que sin perder de vista la rentabilidad, nuestro objetivo sea la creación de una cultura empresarial lo más humana y cálida posible.
Vivimos una época dominada por el imperio de las grandes marcas lowcost. ¿Qué papel juega una empresa de gran tradición familiar y avalada por la calidad de sus productos en este panorama?
Para ser competitivos, las grandes multinacionales necesitan producir en mercados donde el coste por unidad de prenda les permita generar márgenes de beneficio superiores cada año. Sin embargo, estamos volviendo a una etapa en la que para una parte de la sociedad ya no prima el “yo gano, por lo tanto tú pierdes” si no que estamos yendo al “todos ganamos”. Por esta razón nosotros hacemos todo el proceso productivo en casa. E intentamos que esa sea nuestra filosofía de negocio.
¿Qué ha cambiado en la marca ahora que el timón lo han tomado las nuevas generaciones de la familia?
Cuando nos planteamos el proyecto teníamos muy claro lo que sabíamos hacer, lo que llevamos mamando desde pequeños y por dónde quisimos seguir. Decidimos hacer una colección de Montoto exclusiva de punto teniendo como bases fundamentales el diseño y la calidad. El mercado actual ofrece prendas lowcost y con un diseño masificado. Nosotros sabíamos que eso no era por lo que teníamos que apostar, queríamos diferenciarnos ofreciendo un producto con un diseño novedoso, de calidad y a un precio competitivo, para poder ser realizado en España.
Vuestra seña de identidad es el punto. ¿Podríamos entender la moda en Galicia sin este tipo de confección?
Las prendas de punto son básicos esenciales en todos los armarios, porque es un material delicado, cómodo y funcional. En una industria donde todo está ya inventado y simplemente nos queda reinventarnos en cada colección, el punto se rinde a la máxima del todo vale. Además es un tipo de prenda muy atemporal y versátil que acepta muchos tipos de combinaciones.
Ahora que habéis conseguido recuperar la empresa para la familia y tomar las riendas de la tradición de la marca, ¿Por dónde pasa el futuro de la firma?
Actualmente puedes encontrar nuestras prendas Montoto en tiendas multimarca de toda España, Portugal y México. Nuestra intención es seguir afianzando nuestro producto y, mientras tanto, abrirnos a nuevos mercados internacionales.
