LA REVISTA

Norberto López, cine soñado

20180301184320748_result
photo_camera Norberto López en una de sus obras.

Intenso y frágil, así ve el cine Norberto López. Un mundo difícil que comenzó como un sueño adolescente que hoy es una sólida carrera.

Nació en Ourense pero se fue a vivir a Madrid con cuatro años. Norberto López Amado (1965) lleva un mes de taquillazo con su última película, “El cuaderno de Sara”, que lo ha llevado a rodar al corazón de África una historia llena de intensas emociones. Director de cine y de televisión alterna ambos formatos en una carrera que ya tiene en su haber importantes títulos en uno y otro, como “El príncipe” y “El tiempo entre costuras”, o “Nos miran”, “La decisión de Julia” y la que ahora está en cartel

1. ¿Qué te llevó al mundo del audiovisual?

Siempre sentí una gran pasión por el cine, aunque estudié la carrera de Derecho. De hecho, mientras la cursaba, estaba estudiando cine en el Taller de Artes Imaginarias, porque en aquel momento ya no existía la escuela oficial de cine y la carrera oficial se estudiaba en Ciencias de la Información, pero era todo muy teórico, no había prácticas ni nada. Empecé a trabajar en la Agencia EFE, en el área de televisión y ahí tome mi primer contacto con el sector audiovisual. 

2. ¿Cómo eran esos tiempos?

Pues unos tiempos muy intensos, porque fue el momento en el que comenzaron las televisiones privadas, los canales autonómicos, y lo compartí con compañeros muy apasionados por el medio. Era un momento en el que podías hacer documentales de todo tipo. Sobre escritores gallegos, Miguel Induráin, sobre arte, la Guerra del Golfo... Tuve además, la suerte de trabajar con Lisardo García Bueno que paramí fue mi mentor, un maestro que me enseñó a mirar. Como director de cine o de televisión tienes que tener tu propia mirada. 

3. ¿Y en el cine?

Tenía el sueño de dirigir películas. empecé con cortos, que al principio financiaba con mi sueldo o pidiendo créditos. Cuando presenté “El espíritu de la Luna”,   me llamaron a casa del Ministerio de Cultura. Me llamaron para felicitarme y aquello me dio un ánimo tremendo. Lo recuerdo como uno de los mejores momentos de mi vida profesional.

4. ¿Cómo llegaste a tu primer largometraje?

A través de un amigo común había quedado con César Benítez que es un productor de televisión, con idea presentarle un proyecto de serie. Me había preparado un tráiler, había escrito la idea… llevaba mi muestrario como es debido. A César le gustó mucho la idea que le vendí y me hizo una oferta que nunca podía imaginar. Me dijo “te compro la serie, pero esto va a tardar”. Venía conmigo un amigo y le dijo: “Tiene una serie y dos películas”.  “¿Cómo dos películas? Pues una, ¿Cuál?” y eso no lo llevaba preparado. Estaba leyendo una novela que se titulaba “Los otros”, y le dije “estoy leyendo una novela de Javier García Sánchez que me está gustando mucho y creo que puede dar una buena película”. “Pues déjame que la lea y si me gusta te la produzco”. Y así fue. Iba a venderle una serie y acabé vendiéndole la serie pero también dirigiendo una película.

5. Nos miran fue tu primer largometraje y un éxito.

Fue una película que me abrió muchas puertas, que me llevó a Hollywood, estuve viendo proyectos, estuve a punto de rodar un par de películas más y también me permitió descubrir la fragilidad del cine. Sobre todo en el momento en el que tienes que conseguir la financiación. Si no tienes todas las patas financieras atadas, las películas se caen.

20180301184321045_result6. ¿Qué sucedió?

Pues estaba a punto de ir a Nebraska a rodar una película con una productora maravillosa que se llamaba Nala Films, el guion era estupendo, estábamos con el casting prácticamente cerrado y me tenía que ir a Nebraska a rodar en seis meses. Ya te puedes imaginar cómo me sentía, porque todo esto era después de haber hecho mi primera película. Nala acababa de producirle una película a Paul Haggis, que acababa de ganar un Oscar por Crash. La película se llamaba “En el valle de Elah”, que era una magnífica película. Fue un fracaso estrepitoso en Estados Unidos y hundió la productora. Y de estar preparando las maletas para irme a Nebraska, con un contrato firmado pasé a no tener ni película ni nada. Me dije, si esto pasa en Estados Unidos, qué pasará en España. 

7. Cine, Televisión... ¿Son caminos paralelos?

La televisión te da una inmediatez que no tienes en el cine. El cuaderno de Sara, por poner el último trabajo que estrené, me llevó tres años. Una serie de televisión la resuelves en un año. Y además, tienes la oportunidad de compartir trabajo con otros directores que trabajan con los mismos medios que tú, se produce una comunicación muy grande y aprendes muchísimo. De hecho hay muchos directores de cine que hacen televisión, porque la televisión, tal como se concibe actualmente, te permite comunicar y contar historias. La televisión permite, no solo a los directores, también a los cámaras, los técnicos, los guionistas… tener una experiencia que va a conseguir que cada vez hagamos mejor las cosas. 

8. Hubo un tiempo en que directores americanos que alternaban cine y televisión. ¿Hay algo de eso ahora también en España?

A mí el cine americano que más me gusta es el de los años setenta y en ese momento hay dos directores que son Sidney Lumet y Sydney Pollak, que venían del mundo de la televisión.  Lumet tiene un libro “Cómo dirigir películas” que antes de comenzar cualquier proyecto me lo leo porque es muy inspirador. El cine español cuenta con magníficos profesionales en todos los campos, muy preparados y yo creo que cada día se hace mejor cine y hemos aprendido el oficio trabajando en la televisión. Aunque también reivindico mucho el cine de los grandes maestros españoles: Víctor Erice, Carlos Saura, Armendáriz, Gonzalo Suárez...

9. ¿Ves el cine español hoy día con historias más universales? Por ejemplo, el Cuaderno de Sara Lo es.

El Cuaderno de Sara es fue un proyecto complejo que me llevó tres años de trabajo y un rodaje en Uganda con muchísimas dificultades. Es una película que tiene dureza pero también esa parte emocional que es la historia de dos hermanas que cuentan dos formas de ver el mundo. Y eso la película lo refleja muy bien.Yo creo que el cine español se ha abierto más. Hoy encontrarás directores rodando en inglés, como Bayona, un cine más personal como el de Almodóvar que rueda en español aunque los actores hablen en inglés... 

10. ¿Has pensado alguna vez en Galicia como escenario?

Es una idea que tengo muy presente. Desde hace tiempo estoy buscando una historia, me siento preparado para rodarla y espero poder contar con la financiación para hacer una película que rodada en Galicia y que hable de ese espíritu gallego que llevo dentro.

Te puede interesar