SALUDABLE

Obesidad, el nuevo jinete del apocalipsis occidental

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La mitad de la humanidad se muere de hambre, o malvive para llevarse algo a la boca, mientras la otra mitad tiene en el exceso de comida su mayor enemigo

Este mundo nuestro es una gran paradoja. Fíjense que la mitad de la humanidad se muere de hambre, o malvive para llevarse algo a la boca, mientras la otra mitad tiene en el exceso de comida su mayor enemigo. Y todos vivimos en el mismo planeta. Juntos, a veces revueltos.

si en el primer bando las cosas mejoran de forma lenta pero constante -según las estadísticas de la ONU- gracias a los avances tecnológicos y la colaboración internacional, y siempre que no estalle otro conflicto en alguna zona caliente; en el otro bando, el de los países occidentales y desarrollados, los números nos advierten de una epidemia de efectos devastadores, sin necesidad de armas ni guerras.

UNA PLAGA QUE CRECE SIN FRENO

Se llama obesidad. La identificamos como una enfermedad crónica, originada por una variedad de factores que desencadenan tal exceso de peso en el cuerpo que entraña un riesgo para la salud y para la vida. 

Tomando siempre con mucha precaución los estudios de tipo internacional, pero sin mirar a otro lado, éstos revelan que el número de personas obesas se acerca, y pronto superará, al número de hambrientos en el mundo. Y si China es hoy el país con mayor número de obesos, quizá por su enorme población, España es -atención- el segundo país de la vieja Europa en tan desgraciada clasificación. Toda una humillación para el orgulloso exportador de dietas tan magníficas como la Mediterránea o la Atlántica.

TERRIBLES CONSECUENCIAS

Pues tampoco pasa nada por estar más gorditos. Pensarán muchos. Pues sí. Porque no se trata de un ligero sobrepeso. Es una mochila considerable que deriva en eternos problemas de articulaciones, corazón, diabetes y cáncer. Amén de una tortura psicológica para quien los sufra, familiares incluidos. Hoy es la quinta causa de mortalidad mundial.

¿Solución? Es fácil escribirlo y ¡tan complicado realizar! Reconocer la situación y abordar un cambio radical de hábitos de vida con decisión, dirigido por un equipo coordinado de profesionales: Médico, nutricionista, preparador físico y psicólogo. Sin olvidar la involucración de la familia, a veces el elemento desencadenante del problema. Siempre hay una salida.  

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