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Oradea: barroquismo urbano en Rumanía

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Oradea al oeste de Rumanía, muy cercana a la frontera con la vecina Hungría, es la capital del departamento de Bihor, y un centro industrial significativo en la producción de zapatos, textiles y empresas metalúrgicas

Oradea al oeste de Rumanía, muy cercana a la frontera con la vecina Hungría, es la capital del departamento de Bihor, y un centro industrial significativo en la producción de zapatos, textiles y empresas metalúrgicas. No en vano, la situación estratégica con la ruta hacia Budapest ha significado un motor de crecimiento para la ciudad.

El urbanismo barroco que vemos hoy en día es herencia de la obra de Franz Anton Hillebrandt, que diseñó una nueva urbe con influencias barrocas en los edificios administrativos y privados a partir de mediados del XVIII.
El más destacado es el antiguo palacio episcopal, el edificio barroco más grande del país, que el mismo Hillebrandt, austriaco, copió a semejanza del Belvedere de Viena.

Su forma en U tiene un dato curioso, las 365 ventanas, una por cada día del año, con más de 120 estancias lujosamente decoradas con frescos, donde pernoctó la emperatriz Maria Teresa en su periplo transilvano. Hoy es sede del impresionante museo Tarii Crisurilor (cuyo nombre hace referencia a las tres ramificaciones del río que surca la ciudad), con secciones de Historia, Arte, Ciencias Naturales y Etnografía, destacando la colección de miles y miles de huevos pintados, una de las tradiciones más características de todo el Centro-Este de Europa.

Otro edificio barroco es la catedral romano-católica, la más grande de nuevo del país, levantada en al segunda mitad del XVIII, esta vez por el arquitecto Giambattista Ricca, con un despliegue de mármol en el exterior que no escatimó en recursos.

Nuestra visita por el centro de la ciudad nos conduce a la Ciudadela, espacio entorno al cual se formó Oradea, edificada en el siglo XI, y restructurada en el XVIII cuando arquitectos italianos mejoraron su funcionalidad. Los turcos la destruyeron en 1241.

Siguiendo el itinerario llegamos a la Biserica ca Luna (1784), la iglesia ordodoxa de Oradea, de corte barroco y neoclásico, con su reloj que muestra las fases lunares en una esfera gigantesca, un automatismo mecánico obra de los hermanos Rüpper.

No podemos dejar de lado en la ruta por la ciudad el corredor de los canónigos, el teatro del estado (1900), el Hotel Vulturul Negru -un edificio de corte Lyberty/Modernita de 1908-, la casa de cultura o las casas museos de algunos personajes ilustres de Oradea como Ady Endre o Iosof Vulcan.

Para la tarde noche os recomendamos el Palacio del Águila Negra, una galería acristalada al estilo Via Umberto de Milán, con tiendas, cafeterías, cines y bares donde probar las cervezas rumanas.
A unos 12 km de Oradea, al sur, merece la pena pasar un día en el Balneario Termal de Baile Felix, descansando del relax que ofrecen sus baños terapéuticos.

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