LA REVISTA

Oscuridad

Los niños deberían leer cualquier libro que les interesase: si no es apropiado para su edad, ellos mismos lo abandonarán

Me estoy leyendo “La mano izquierda de la oscuridad” de Ursula K. Le Guin. Como al empezar a leer, me recordaba un poco a RR. Simons (sí, el de “Juego de Tronos”) y a Asimov, le di un wikipediazo, a ver qué. Resulta que Le Guin está en la lista de los diez mejores autores de ciencia ficción (con gente como el propio Asimov, Huxley, Orwell…) y, en los blogs sobre “Juego de Tronos”, su “Saga de Terramar” se recomienda para los “tronis” que ya se acabaron los libros y quiere engancharse a algo igual de bueno. Y no sé qué me sorprende más, que entre los diez autores de la lista sea la única mujer o que estando a ese nivel no la conozca nadie con menos de diez dioptrías. 


No, estoy mintiendo, ninguna de las dos cosas me sorprende. Estoy acostumbradísima, en realidad. Pero cuando doy con ello, me produce una mezcla molesta de rabia y tristeza. Un poco como si, alguien que no suele ver telediarios, se tropieza, zapeando, con imágenes de alguna injusticia o desastre y, aunque ya está acostumbradísimo, ver la imagen le produce esa desazón. 


Así que para relajar, me entretengo en decir libros muy buenos escritos por autoras femeninas. Y la lista es larga, no se crean. Me gusta dividirla en dos grupos. Uno, el que llamo “género neutro”: son esos libros en los que no es evidente que la autora sea mujer y, de forma natural (rabia, tristeza), se asume que el autor es hombre; la otra categoría sería la de “género marcado”: aquí se ve, con claridad, que la autora es mujer. En el “género neutro” pongo a “Manolito Gafotas” de Lindo, a “Oryx y Crake” de Atwood, “Ángel y el troll” de Sinisalo, “La higiene del asesino” de Nothomb, “El diario secreto de Adrian Mole” y todas sus secuelas de Townsed y el mencionado “La mano izquierda”… En el segundo grupo la lista sí que es larga pero como ya no tengo sitio, se lo cuento la próxima semana.

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