A COMER

Parada de Sil, una cocina tradicional y ambiente acogedor

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Quienes disfruten de la carne, aquí lo harán a conciencia.

Hace unos meses, un amigo me avisó de la inauguración de este restaurante, supongo que sabedor de mi predilección por las excursiones a Parada de Sil. Hace unos días me acerqué hasta allí. Era un día de semana. Me sorprendió que a la hora de comer, en un día laborable, en pleno mes de noviembre, tuviesen prácticamente de todo en la carta. El restaurante Parada de Sil, que está en la misma plaza donde se encuentra la Casa Consistorial de este ayuntamiento, abrió sus puertas hace unos meses. Solo ofrece servicio de carta. No hay menú, salvo para los más pequeños, que llaman sugerencia infantil y cuesta 10 euros. 

El servicio es atento y la cocina trabaja una carta ecléctica, en la que predominan las elaboraciones tradicionales, en la mayoría de los casos, de la cocina gallega. Pero también podemos encontrar, por ejemplo, entradas como una ensalada templada de pulpo y langostinos o unas setas salteadas con crema de queso Tetilla.
Yo vi a unos vecinos de mesa disfrutar de unas croquetas caseras y una fuente de bacalao al horno y, descaradamente, les copié el menú. Me gustaron las croquetas. El bacalao, no estaba mal. Estaba bien terminado, aunque hay que reconocer que nuestros vecinos portugueses ponen el listón muy alto. 

Quienes disfruten de la carne, aquí lo harán a conciencia. La carta es más variada en esta sección. En general, tiene una buena relación entre calidad y precio, una bodega en la que priman los vinos de la Ribeira Sacra, lo cual está muy bien porque hay buenos blancos y tintos para elegir, y  el comedor es cálido, acogedor y está bien atendido por el propietario del negocio, un enamorado de Parada de Sil que de tanto ir a ese pueblo, un día decidió quedarse.

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