DE LA TIERRA

Las patatas fritas gallegas compiten sin complejos

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No piense el lector  en las sartenes de su casa, cuando le digo que las patatas fritas gallegas no utilizan trenes industriales

No piense el lector  en las sartenes de su casa, cuando le digo que las patatas fritas gallegas no utilizan trenes industriales. Son sartenes, sí, pero gigantescas. De las cinco marcas que podemos encontrar en los principales supermercados e hipermercados gallegos, dos están en Xinzo de Limia, una Fene, otra en Arteixo y la quinta en Castro de Rei.

La más veterana de las cinco es Bonilla. La empresa que arranco en Ferrol en 1932 se dedicó fundamentalmente a la elaboración de churros y patatas fritas, al estilo de los puestos de feria y las churrerías que hace décadas se prodigaban por las ciudades españolas.  Su desarrollo con carácter industrial arrancó en 1988, al establecer una factoría en el Polígono deSabón, en Arteixo. Patatas fritas en aceite de oliva, con sal y otras bajas en sal son sus principales especialidades.

En la década siguiente, Patatotas se estableció en el polígono de Riberas del Lea en Castro de Rei.  Patatas gallegas, aceite de girasol y una sartén de 450 litros constituyen el secreto de su éxito. Sin conservantes ni blanqueantes. 

Patatas Guays también inició su actividad en la década de 1990.  Su pequeña pero impecable factoría se encuentra en Piñeira Seca, en Xinzo de Limia y, a diferencia de las anteriores, cuenta con una plantación propia de patatas en A Limia. Aceite de girasol, sal y patatas, que se lavan, se pelan, se cortan y se fríen en sartén. Entre sus especialidades cuenta, además de las patatas convencionales, las picantes, y las fritas sin sal.
En 2011 abrió sus puertas la segunda factoría de patatas fritas de Xinzo: Patatas Jalys. Al igual que su vecina Guays, utilizan patatas de A Limia de la variedad agria, y aceite de girasol.

La última incorporación al sector en Galicia llega desde Fene. A Casa Vella utiliza solamente aceite de oliva en la elaboración de sus patatas fritas y sal mineral procedente del Valle de Añana, en el País Vasco.
Cinco fábricas gallegas que destacan, sobre todo por su extraordinaria calidad.

Desde el envase individual de 150 o 175 gramos a los grandes bolsones de hasta tres kilos, las cinco empresas gallegas buscan su propia clientela entre el público de supermercados y la hostelería. ¿Cuáles son las mejores? Ahí ya dependerá de los gustos. La diferencia de uso de aceite de oliva o girasol tiene defensores a partes iguales. La calidad de las patatas cultivadas en Galicia se traslada también a las patatas en bolsa, patatillas como se las llama en Vigo.

Quien las compare con las que se elaboran fuera de nuestra tierra, se dará cuenta rápidamente, que en este menester, como en muchos otros, el producto gallego puede competir con orgullo.

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