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Peloponeso: nacimiento de la cultura europea

En esta península unida al continente por el itsmo de Corinto, encontramos lugares como Olimpia, donde habitan los dioses.

Grecia es uno de los lugares más visitados y conocidos del mundo por su cultura e historia. Y aún así sigue teniendo secretos por descubrir. En un primer viaje resulta imprescindible visitar Atenas y su Acrópolis, además de algunas de sus islas como Mikonos, Santorini o Delos.

Sin embargo, uno de los lugares menos comunes en las rutas y cada vez más interesante es la zona del Peloponeso, una de las regiones más completas e interesantes del país, lugar de nacimiento de la actual cultura europea.
En esta península unida al continente por el itsmo de Corinto, encontramos lugares como Olimpia, donde habitan los dioses, Esparta, Micenas, Epidauro, cuna de la medicina científica, o Mistrá, así como otros muchos pueblos de piedra y montes coronados por la nieve.

Entrar en el Peloponeso es adentrarse en un mundo en el que la tierra misma transpira historia y mito por partes iguales. Es el Peloponeso un país en sí mismo, con sus montañas, bosques, playas, pueblos y ciudades. De hecho, el origen etimológico de esta región al sur de Grecia significa Isla de Pélope. Nos cuenta la leyenda que fue precisamente Pélope quien conquistó la ínsula que llevaría su nombre. No obstante, estamos hablando en realidad de una península unida al resto del continentepor un puente después de la construcción del canal de Corinto en 1893.

La región propone interesantes atractivos, como el sendero del Ménalo, la montaña sagrada de Pan, para admirar la garganta del río Lusios, donde Zeus fue lavado al nacer. También la cada vez más popular región de los vinos de Nemea y una invitación para submarinistas a bucear entre pecios frente a la costa de Pilos (la antigua Navarino).
Conviene alcanzar la remota Mani, donde sus antiguas torres se han transformado en alojamientos de lujo, y no perderse la propuesta de arte contemporáneo y arquitectura pintoresca de Nauplia, ciudad famosa por sus tres fortalezas y sus callejuelas de aire veneciano. Historia a lo grande, paisajes que inspiran nuevos viajes y mucha vida tradicional al estilo griego en el Peloponeso.

La región de Corinto es la entrada a la península del Peloponeso. En su yacimiento arqueológico correspondiente destacan el templo de Apolo y el Ágora. Conserva, no obstante, más ruinas romanas que griegas porque cuando el Imperio Romano comenzó la conquista del mediterráneo, Corinto fue arrasada por el general romano Lucio Mumio en el año 146 a.C. El año 44 a.C. Julio César estableció allí una colonia romana y el año 27 a.C. César Augusto la hizo capital de la región, convirtiéndose en el centro comercial entre el Asia Menor y Roma. El Akrocorinto es una montaña rocosa que constituye una fortaleza natural, que sirvió como sitio de culto a Afrodita. En su cima puede disfrutarse de una impresionante vista panorámica de la región. Según la mitología, en Corinto se construyó el Argos, nave de Jasón y su tripulación de argonautas que partieron en busca del vellocino de oro..

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