Los peregrinos prefieren agosto

El calor aprieta en agosto, sobre todo por las rutas del interior. Sin embargo no es obstáculo para que se convierta en el mes con más peregrinos recorriendo los caminos a Compostela. El año pasado, el primero en el que se superó la cifra récord de peregrinos del año santo de 2010, llegaron a Santiago 53.704 peregrinos de los casi 278.000 que obtuvieron la compostela en 2016 (en 2010 habían sido 272.400).

Agosto es el mes con más porcentaje de peregrinos españoles: seis de cada diez, y la mayoría de ellos, andaluces. Resulta curioso que siendo la capital de Galicia el destino de los diez caminos que llevan a Compostela, el porcentaje de gallegos sea tan bajo. En agosto de 2016, llegaron más franceses que gallegos a la catedral compostelana. Y en julio de este año, nos superaron en número ingleses, italianos, alemanes, estadounidenses y portugueses.

Uno de cada cuatro inician su peregrinación en Sarria, el punto de partida más concurrido con diferencia (casi 72.000 en 2016). La villa lucense permite obtener la compostela tras recorrer algo más de cien kilómetros a pie. El camino francés sigue siendo el más concurrido y 33.600 peregrinos lo completaron desde Saint Jean Pied de Port, es decir, que caminaron 779 kilómetros. En segunda posición, los caminos portugueses, principalmente el central, fueron recorridos por 52.000 peregrinos. Oporto y Tui fueron los principales puntos de partida.

El más largo de todos los caminos es el Mozárabe, que parte de las ciudades de Andalucía Oriental: Málaga, Almería, Granada. Desde Almería, la distancia a Compostela es de 1.362 kilómetros y enlaza con la Vía de la Plata en Mérida. De los 9.000 peregrinos que realizaron su recorrido por la Vía de la Plata, un tercio comenzaron el viaje en Ourense (3.163) y 2.300 lo hicieron desde Sevilla, recorriendo los 977 kilómetros que separan a la capital andaluza de Santiago.

Si sumamos los caminos oficialmente reconocidos y sus variantes, así como aquellos que aunque no están todavía homologados tienen una cierta tradición histórica, son más de una docena los que cruzan Galicia por los cuatro puntos cardinales.

Por la provincia de Ourense entran al menos cuatro, siendo a la que llegan más itinerarios jacobeos: el Sanabrés, variante de la Vía de la Plata que elige el paso por las portillas de La Canda y el Padornelo en vez de subir hasta Astorga; el Camino de Invierno, que entra por Valdeorras y enlaza en Lalín con la Vía de la Plata; el portugués del Interior, que arranca en Viseu y sube por Peso da Regua, Vila Real y Chaves hasta alcanzar Verín, donde también enlaza con el Camino Mozárabe y el de la Raíña Santa, Isabel de Aragón, casada con el rey portugués Don Dinís, que realizó dos peregrinaciones a Compostela y de las que hay documentado su paso por la Baixa Limia y Celanova y luego continuó hasta enlazar con el Camino Mozárabe desde Ourense.

Por la provincia de Pontevedra discurren dos variantes del camino portugués. El central, que entra por Tui, después de haber salido de Lisboa a Oporto y luego seguir por Barcelos, Ponte de Lima y Valença do Minho, con una longitud total de 634 kilómetros, y el de la costa, que se separa en Oporto del trazado anterior y, a cambio de recorrer 40 kilómetros más, lo hace por un camino mucho más llano y prácticamente pegado al Atlántico hasta que cruza el Miño en Caminha a bordo del ferry que lleva hasta A Guarda, desde donde sigue luego por Mougás, Baiona, A Ramallosa y Vigo hasta Redondela, en donde se vuelve a encontrar con el camino portugués central. 

Los peregrinos que eligen el camino del Norte, el francés y el primitivo, entran por la provincia de Lugo. Los primeros, recorren desde Irún, su punto de partida, 827 kilómetros y caminan por la cornisa cantábrica, cruzando el País Vasco, Cantabria y Asturias, hasta bajar por Ribadeo, Lourenzá y Vilalba hasta enlazar en Arzúa con el camino francés. El Camino Primitivo, entra en Galicia por A Fonsagrada y sigue su recorrido por Lugo hasta enlazar en Melide con el Camino Francés.

El más corto de todos los caminos a Compostela es el conocido como Inglés. Parte desde Ferrol y desarrolla sus 119 kilómetros en cinco etapas: Pontedeume, Betanzos, Hospital de Bruma, Sigüeiro y Santiago.

DORMIR EN EL CAMINO

Madrugar resulta inherente al peregrinaje, especialmente en esta época del año. La razón principal no está en huír de las horas de máximo calor durante la caminata. La mayoría de los peregrinos utilizan los servicios de la red de albergues, públicos o privados. En verano, y sobre todo en el mes de agosto, los albergues de las principales etapas, especialmente en los caminos más concurridos, alcanzan pronto su aforo máximo. Como no existe la posibilidad de reservar plaza, sino que se asignan por riguroso orden de llegada, muchos prefieren iniciar la caminata con el alba, para zanjar las cinco o seis horas de camino antes del mediodía. Esto les asegura una litera y les proporciona tiempo para descansar, lavar y luego dar un paseo para conocer el entorno. Los ciclistas, han de ser todavía más diligentes, pues en los albergues públicos, el peregrino a pie tiene preferencia. En muchos pueblos con infraestructura para ello, abren los pabellones de deportes y los habilitan como anexos a los albergues.

Los albergues ofrecen cama por un precio simbólico. En algunos, se trata de un donativo, en otros, hay una tarifa que ronda entre los seis y los diez euros. Los albergues privados resultan un poco más caros, entre diez y quince euros. Los albergues oficiales solo admiten una pernoctación, que puede ampliarse a dos en circunstancias excepcionales. Quienes desean realizar un recorrido más relajado o detenerse en una etapa más tiempo para recobrar fuerzas, suelen alternar el uso de los albergues con otro tipo de hospedajes, como pensiones u hostales. 

Otra de las condiciones de uso de los albergues está relacionada con la manera de realizar el camino. Solo pueden optar a él quienes peregrinan a pie, a caballo o en bicicleta. Incluso en estas opciones, el personal de apoyo que viaja en coches tiene vedado el uso de los albergues oficiales.No obstante, hay peregrinos que se decantan por otro tipo de alojamiento: hoteles, paradores, casas de turismo rural... incluso resuelven la parte preparatoria encomendándosela a alguna de las muchas agencias de viajes especializadas en los caminos a Santiago. Para grupos o viajes individuales, estas agencias ofrecen paquetes completos que incluyen alojamiento y desayuno en habitación doble y el traslado del equipaje al alojamiento de la etapa siguiente por precios que oscilan entre los 400 euros para los últimos 115 kilómetros desde Sarria, o 900 euros  que incluye alojamiento y desayuno, servicio de transporte de equipaje y asistencia en el camino en los trescientos kilómetros de recorrido desde León.

LA MOCHILA

En la actualidad el número de servicios adicionales que se ofrecen a los peregrinos es tan amplio como imaginativo. Alquiler de bicicletas eléctricas, servicios de avituallamiento... Los más solicitados tienen que ver con el transporte de equipaje. En los foros sobre el Camino, el peso de la mochila, las características que debe de tener y el tipo de útiles y prendas de ropa que resultan imprescindibles y los que terminan convirtiéndose en una carga suelen ser tema de intensos debates, al igual que el presupuesto que se debe de asignar a cada jornada de viaje. Para lo primero, Correos ofrece una solución económica que traslada al inicio de la jornada la mochila hasta el alojamiento siguiente. El equipaje estará en el hotel, hostal, albergue o pensión de destino, a las dos y media de la tarde y todo por un coste de 4 euros diarios, si se contratan al menos cinco etapas. El servicio Paq Mochila está operativo en todos los caminos a Compostela. En el francés desde Roncesvalles, en el Sanabrés desde A Gudiña y en el Portugués desde Tui. El Paq Mochila se puede contratar para viajes que se realicen desde el 1 de abril hasta el 31 de octubre, salvo desde O Cebreiro a Compostela, que está operativo todo el año, salvo los festivos navideños. En cuanto al presupuesto, hay para todos los gustos. Desde 20 a 25 diarios que es el más económico con todo incluido y pernoctación en los albergues oficiales, hasta cien, doscientos o más euros, dependiendo del hotel y restaurantes que se escojan cada día. No obstante, la austeridad siempre se consideró una de las cualidades inherentes al peregrinaje.