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Pistoia: la Toscana menos ajetreada

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La Plaza del Duomo en el centro histórico cerrado al tráfico, es el vértice donde convergen el conjunto más importante de edificios religiosos y políticos de la ciudad medieval

Pistoia es parte de esa Toscana menos ajetreada por las rutas turísticas que a menudo se centra en las maravillas de Florencia, sin tener en cuenta ciudades que como Pistoia están a apenas 35 km. De hecho, al estar a medio camino entre Lucca y Florencia, Pistoia es la etapa ideal para una parada de medio día para conocer la ciudad, comer en sus encantadores restaurantes y emprender el itinerario por la Capital de la Cultura en Italia en 2017.

La Plaza del Duomo en el centro histórico cerrado al tráfico, es el vértice donde convergen el conjunto más importante de edificios religiosos y políticos de la ciudad medieval. Por un lado la catedral, consagrada a San Zeno, obispo a comienzos del siglo IV, con la estatua  del santo acompañada de la de San Jacobo -patrón de la ciudad- atenta a todo lo que acontece en la plaza. Se cuenta que fue el obispo quién procuró obtener las reliquias de San Jacobo que estaban en Santiago de Compostela, para que la ciudad de Pistoia pudiera honrar así a su patrón.

La estructura y decoración del Duomo han sido continuamente alterados a lo largo de los siglos con elementos que se superponen al edificio románico del siglo XI. Si entramos al interior de la iglesia el elemento más apreciado es el altar de plata de San Jacobo que guarda las reliquias del santo, un trabajo cuidadoso de la orfebrería gótica de maestros toscanos, y que hoy se ubica en la Capilla del Crucifijo.

Al flanco izquierdo de la Catedral encontramos el Campanile, el campanario de 67 metros que surge de las bases de una antigua torre longobarda, con sus tres órdenes de loggias pisanas y la cúspide del siglo XVI, reconstruida cada vez que los terremotos castigaban la ciudad al final de la Edad Media. El campanario se puede visitar después de comprar el ticket en la oficina de turismo de la plaza del Duomo, y acometer las 200 escaleras que llevan hasta lo alto, desde donde el panorama de Pistoia invita a retratarla con fotos aéreas. A la derecha de la catedral el Palazzo dei Vescovi (Palacio de los Obispos) acoge la Oficina de Turismo de Pistoia (APT). El edificio de ladrillos cuenta con una loggia de arcos góticos, restaurado en 1981 y donde se invita en un recorrido arqueológico a conocer el pasado a través de las estelas etruscas, fragmentos del muro de la ciudad antigua o un horno romano.

Sin salir de la plaza de la Catedral la figura inconfundible del Baptisterio di San Giovanni in Corte, con su planta típica octogonal que ha perdido su labor religiosa para ser un espacio habitual de la agenda cultural de Pistoia. Si bien su origen es del siglo XIII, la fisonomía que prevaleció fue la gótica.

Además del centro de la capital de la provincia, a través de una serie de excursiones podemos conocer un buen puñado de pueblos que guardan pequeños grandes tesoros. Collodi es el pueblo célebre por un ser inanimado, o mejor dicho que cobró vida para hacerse tan famoso que ni Disney se pudo resistir a su historia. Hablamos de Pinocho, el muñeco de madera que se hizo niño, y que en Collodi cuenta con un parque temático ideal como actividad para niños en las vacaciones por la Toscana.

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