y comer...

En Portugal también saben hacer mal el bacalao

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photo_camera Cafe Vianna.

El bacalao estaba seco y mal cocinado. Las patatas, que eran muchas para llenar el plato, muy flojas y mal hechas. El servicio, una vez sentados y hecho el pedido, empezó a resultar tan lento que renunciamos al postre.

Hace ya muchos años que me empeñé en hacer un recorrido por la geografía del bacalao en Portugal y en cada ciudad del país vecino por la que recalo pruebo en tantos lugares como me resulta posible alguna de sus muchas recetas de este producto. 

Pues bien. Este pasado fin de semana me fui a Braga. Y por esa misma razón no acudí a uno de los restaurantes que ya conocía, sino que quise explorar nuevas opciones. Al pasar por la Plaza de la República me encontré con una foto de un espléndido plato de bacalao al modo de Viana, en un café centenario, bueno, más que centenario porque el Café Vianna tiene ya ciento cincuenta y tantos años de historia y un salón muy agradable y tan concurrido que no dudé en entrar.

El servicio es muy amable: te abren la puerta al entrar, te atienden con diligencia, los baños y el local están limpios y los precios resultan más que razonables. Una ración (de las de una persona) por 10 euros y una botella de un vino de Melgaço con Treixadura y Albariño por 8 euros... En fin. Hasta aquí todo bien. 

Pero a partir de ahí, todo mal. El bacalao estaba seco y mal cocinado. Las patatas, que eran muchas para llenar el plato, muy flojas y mal hechas. El servicio, una vez sentados y hecho el pedido, empezó a resultar tan lento que renunciamos al postre. Yo que pensaba tomarme un pudim de abade de Priscos, que es típico de Braga... Hasta para pagar la factura tuvimos que levantarnos y acercarnos a la puerta, como si nos fuésemos a marchar. En fin, que caí como un primo ¡A mis años!, engañado por una foto. El café Vianna de Braga, puede estar bien para eso, tomar un café. Pero para comer, este que os escribe no lo recomienda.

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