La historia de la canela está llena de codicia, ambición, traiciones, desde que llegó a Occidente hace ya más de dos mil años
Hace cinco siglos que llegó el primer cargamento de canela a Lisboa. El descubrimiento de la isla de Ceilán convirtió a los portugueses en los amos del mercado de esta especia y sentó las bases de su imperio, aunque luego les sería arrebatado el monopolio por los holandeses.
La historia de la canela está llena de codicia, ambición, traiciones, desde que llegó a Occidente hace ya más de dos mil años. Presente en numerosas recetas, incluido el "hipocrás", el vino dulce que tomaba caliente, estaba, sin embargo, reservada a los ricos. Pocas cosas eran más cara que esta especia que llegaba a Europa de la mano de los mercaderes árabes que la traían de Oriente y luego de comerciantes venecianos que fueron quienes ostentaron el monopolio durante toda la Edad Media. Esto fue así hasta que los portugueses descubrieron y conquistaron la isla de Ceilán, Sri Lanka. Cuando en los primeros años del siglo XVI llegó el primer cargamento de canela a Lisboa (nada menos que once toneladas) una sensación de poderío invadió a la monarquía portuguesa, que se hizo con el monopolio de ésta y otras especias. Pero sería solo hasta que los holandeses conquistaron Ceilán y se hicieron con el control exclusivo a través de la Compañía de las Indias Orientales. Pero el justo castigo a su perversidad llegó cuando fueron pagados con la misma moneda por los ingleses.
Ceilán fue la isla de la canela durante muchos siglos, hasta que en el XIX comenzó a cultivarse en otras regiones, siempre de clima tropical. El Cinnamomum zeylanicum es un árbol muy exigente en cuanto a temperatura y humedad. De la misma familia que el alcanforero (Cinnamomum camphora) y el laurel, el árbol de la canela o canelo basa su utilidad comercial en la corteza interior de sus ramas jóvenes que es recogida, secada y preparada. Sus propiedades aromáticas serán mayores cuanto más reciente haya sido su obtención.
Propiedades
Además de sus cualidades culinarias, empleadas en platos, postres, infusiones y bebidas, la canela forma parte de las especias con propiedades terapéuticas. Entre ellas, sus propiedades como regulador de los niveles de azúcar en sangre, vasodilatador, antiagregante y hasta para combatir la halitosis de origen bacteriano y una lista interminable de beneficios, unas veces reales y otras atribuidos, sin olvidarnos del factor afrodisíaco que siempre se le ha atribuido, según la tradición popular. Sea como fuere, tampoco conviene obnubilarse con todos los beneficios que le atribuyen muchos sitios de internet, que no vamos a conseguir, ni mucho menos, con las dosis que habitualmente utilizamos en la preparación de nuestros platos.
