EN LETRAS DE MOLDES

Ramón Pernas reflexiona sobre la vejez

En esta nueva obra, Ramón Pernas, Premio Azorín 2015, relata la existencia de cuatro hermanos, desde su infancia en Vilaponte, un pueblo gallego costero, hasta su senectud

El escritor Ramón Pernas considera que la buena literatura escasea actualmente en España y la edición se ha convertido en un acto “banal” con una calidad media cuestionable: “los libros son omnívoros y se devoran unos a otros en la mesa de novedades porque tienen fecha de caducidad como los yogures”.

Pernas (Viveiro, Lugo, 1952) reivindica a los libros como compañeros e interlocutores: “todos hablamos con los libros al leerlos, o al menos los escuchamos” y por eso en su narrativa habla de ellos, tal y como ocurre en su última novela, “El libro de Jonás”, editada por Espasa.

Dedicada a sus amigos de la infancia, esta novela, asegura en una entrevista, es “un canto a la amistad" en el que ha hilado, retazos de la memoria colectiva común a una generación, la suya, y a una edad, la de entre los 10 y 15 años, en la que fue feliz porque el mundo estaba por inventar”.

“Cuando llegas a los 60 años y miras atrás, te das cuenta de que tus compañeros de juegos, tus amigos, tu paisaje de afectos se ha ido diluyendo”, asegura el autor, que ha buscado esta memoria en Vilaponte, su tierra imaginaria en la que ambienta siempre su narrativa y que bien podría ser su localidad natal.

En esta nueva obra, Ramón Pernas, Premio Azorín 2015, relata la existencia de cuatro hermanos, desde su infancia en Vilaponte, un pueblo gallego costero, hasta su senectud y en la que reflexiona sobre el paso del tiempo y la vejez.

El gran protagonista, Justo, permanece siempre en un velado segundo plano, pero omnipresente: es un niño que en un violento juego infantil callejero pierde un ojo y desde entonces desarrolla unas extraordinarias dotes adivinatorias con lo que comienza a influir poderosamente en todos los que le rodean.

Marcada por la pasión por los libros, se trata de una novela de afectos y del amor entre dos sexagenarios que se amaron desde siempre porque, dice Ramón Pernas, quería escribir sobre la sexualidad de las personas mayores.

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