CON BUENA LETRA

Reflexión en tres tiempos

Nunca devolví “Demian”, vamos, que lo robé. Y lo bien que hice: ese libro hay que leerlo varias veces. Ya les dije que cuando a una le confirman con dieciocho añitos que sus intuiciones son acertadas da un subidón…

La cronología de los hechos fue la siguiente: primero, estoy viendo en la tele “Página 2” y sale Manuel Rivas – que, la verdad, a mí ni fu ni fa – respondiendo un sí rotundo a la pregunta “¿Hay libros que te cambian la vida?”; segundo, a los dos días, estoy leyendo “Las ninfas” de Umbral y me encuentro esta frase : “Lo más importante que suele encontrar el adulto en los libros es la confirmación de sus intuiciones adolescentes”; cierro el libro, miro al techo y me quedo con cara de boba dándole vueltas a esta frase que se me quedaba coja… Y pienso y pongo cara de boba y miro al techo… y más cara de boba, y más pensar, y más mirar al techo…

Hasta que, tercero, encuentro lo que me rasca que, cómo no, es una pregunta: “¿Y qué es lo más importante que se puede encontrar el adolescente en los libros?”. Pues lo mismo, solo que en vez de ser a toro pasado es a tiempo real. Y da un subidón… Y entonces me acuerdo del primer libro que, realmente, confirmó mis intuiciones. Tenía yo dieciocho años y ese libro, el libro que me dijo “Sí, lo que intuyes es así y lo que te angustia y te hace sentirte dividida lo comparte más gente, en concreto un premio Nobel”, ese libro, a ver si acabo la frase, es “Demian” de Herman Hesse.

No sé si como acto de rebeldía (el libro pertenecía a la biblioteca de la residencia de monjas donde yo estaba obligada a alojarme mi primer año de universidad) o simplemente por copiar a uno de mis héroes de infancia (el protagonista de “La Historia Interminable”, Bastian Baltasar Bux) nunca devolví “Demian”, vamos, que lo robé. Y lo bien que hice: ese libro hay que leerlo varias veces. Ya les dije que cuando a una le confirman con dieciocho añitos que sus intuiciones son acertadas da un subidón…
 

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