BEBER

La Ribeira Sacra muestra su color más rosado

Jose Manuel Moure Abadia da Cova_result
photo_camera Xosé Manuel Moure, bodeguero al frente de Adegas Moure.

Adegas Moure o Abadía da Cova, como la llaman muchos, está a punto de cumplir sesenta años elaborando vinos y destilados de bagazo del vino

Cuando en 1958 Pepe da Cova, que era como llamaban coloquialmente a José Moure puso en marcha la bodega seguramente no sabía que Adegas Moure se iba a convertir en pionera en muchos aspectos dentro de la viticultura heroica.

Adegas Moure o Abadía da Cova, como la llaman muchos por la marca más conocida de sus vinos, está a punto de cumplir sesenta años elaborando vinos y destilados de bagazo del vino. En estas seis décadas puso en pie muchos hitos históricos, como ser una de las bodegas promotoras de la denominación de origen Ribeira Sacra, o de la Indicación Geográfica Protegida, Aguardientes de Galicia. Pero también lo fue a la hora de lanzar al mercado el primer vino de crianza en barrica con la variedad Mencía y, desde hace menos tiempo, el primero en lanzar un rosado de la Ribeira Sacra, en 2014 y de los primeros que se elaboran en Galicia.

Con un catálogo de una decena de vinos, desde un singular blanco mayoritariamente de Albariño, con un 15 por ciento de Godello, hasta sus tintos criandos en barricas, Adegas Moure ha buscado siempre que unos y otros fuesen la genuina expresión del paisaje en el que son cultivadas sus viñas. Con sesenta años de historia, muchas de sus cepas ya pueden ser consideradas viejas, con un rendimiento por planta muy bajo, a lo que contribuye también una mayor densidad de cepas por hectárea, para que en su competencia por obtener los nutrientes ofrezcan frutos de más intensidad de sabor y aromas aún a expensas de reducir la producción. 

Amarante, el vino que hoy nos ocupa, es un ensamblaje de dos variedades muy arraigadas en la Ribeira Sacra: Mencía, la reina de los bancales del Miño y del Sil y Merenzao, una variedad delicada, de difícil cultivo y muy sensible. El paso por la fase de maceración es el justo para que en vez del color picota intenso, presente ese rojo entre fresa y frambuesa que ya nos anuncia a la vista, una paleta de aromas y sabors muy afrutado. El paladar confirma esa previsión, con notas lácteas propias de la Mencía. Es un vino que destaca por su frescura y jovialidad, dos cualidades que también forman parte del carnet de identidad de los vinos de la Ribeira Sacra.

Te puede interesar