Esta segunda entrega cuenta con una animación y un guión más complejo
Cinco años han pasado desde que vimos “Las aventuras de Tadeo Jones” y con esta secuela regresan algunos de los personajes que conocimos entonces, encabezados por Tadeo, un albañil que sueña con ser arqueólogo y que en realidad es un pringado. Junto a él, su amada Sara y su pájaro y el perro de Tadeo. Juntos correrán aventuras a lo largo del mundo en pos del collar que otorgaba al rey Midas el poder de convertir todo lo que tocaba en oro.
La primera era un película estimulante que cumplía con un aprobado alto el objetivo de entretener sin entrar en ningunha pretensión artística.
En esta segunda entrega ha tratado de seguir la senda anterior aunque con algunas mejoras notables que se notan principalmente en el apartado de la animación que no desmerece en nada a cualquier película de animación que venga de potente mercado americano. La segunda mejora notable está en el guión que en el primera pecaba de cierta superficialidad en muchos momentos y que en esta entrega tiene una mayor complejidad, al tiempo que dota de una mayor profundidad a los personajes.
Bien es cierto que la larga sombre de Disney es alargada y hoy es casi imposible ver una película en la que no apareza un secundario, casi siempre un animal o personaje fantástico, que es utilizado para dar el contrapunto cómico. En este caso es la momia que tenía una divertida aparición en la primera entrega y como suele pasar en estos casos, en la siguiente se le dan más minutos en pantalla. Lo que pasa es que se han pasado de frenada y lo que estaba bien para unas secuencias se vuelven cargante cuando está repetidamente apareciendo. En el equilibrio siempre está la armonia.
En cualquier caso, el balance global es muy positivo y la película gustará a todos los miembros de la familia.
