No les vendrían mal a las castañas acabar este mes de septiembre con algo de agua extra tras unos meses tan secos.
Unas horitas de lluvia harían felices a los propietarios de los soutos de castaños. No les vendrían mal a las castañas acabar este mes de septiembre con algo de agua extra tras unos meses tan secos. Pero aún le vendrían mejor a aficionados y profesionales del sector de las setas. La lluviosa primavera hizo de esa estación la más productiva en muchísimo tiempo en lo que a setas silvestres se refiere. Ahora, con estos calores tan acentuados en las primeras jornadas del otoño, la nueva campaña parece que va a comenzar de una manera muy tímida. La humedad ambiente que se registra en las noches alivia pero no es suficiente para que la explosión de vida que surge cuando llega la última semana de septiembre, al pie de castaños y pinos y, en general en los bosques gallegos (no en las plantaciones de eucaliptos) se haya manifestado todavía. Boletus bajo los castaños y níscalos en los pinares son las variedades más comunes, aunque Galicia es muy diversa también en el reino de los hongos.
Para quienes se inicien o tengan poca experiencia, recuerden que es mejor no confiar en lo que les diga Google. Hay que contar con el apoyo de un experto que tenga la certeza de cuáles son comestibles y cuáles no. Y llevar cesta, no bolsa de plástico.
