Es la variedad reina de las tintas españolas y la que tiene más proyección internacional, la Federación Española de Enólogos lleva diez años difundiéndola a través de su concurso Tempranillos al mundo que en su undécima edición tendrá como sede la ciudad de Ourense y servirá también para evaluar y premiar los vinos blancos gallegos
La viticultura se extendió por la mayor parte del mundo bajo influencia francesa. Eso explica que en la mayor parte de los viñedos de América, desde Chile a California, y en nuestras antípodas, en Australia y Nueva Zelanda, dominen variedades como la Cabernet Sauvignon, Merlot, etcétera.
Como apóstoles de la viticultura más ibérica, los miembros de la Federación Española de Enólogos emprendieron hace diez años una cruzada destinada a devolver a una de las grandes variedades de nuestra cultura vitivinícola, el papel que le corresponde. Así nació "Tempranillos al mudo", un concurso que los días 8, 9 y 10 de noviembre celebrará en el Centro Cultural Marcos Valcárcel su undécima edición y que llega a Ourense después de viajar por Copenhague, Nueva York, Shanghai, París, Madrid, Lisboa, Estocolmo, Colonia, Toledo y, naturalmente, Logroño.
La Asociación Gallega de Enólogos, que preside Luis Buitrón, se convierte así en la anfitriona de un concurso internacional que le da a Ourense una doble oportunidad: medirse al mismo nivel que las otras grandes capitales enológicas, y no es para menos pues en su provincia hay cuatro denominaciones de origen, y ser la plataforma de difusión internacional de los vinos gallegos.
El concurso Tempranillos al mundo congregó en su edición anterior vinos procedentes de 35 regiones vinícolas de todo el mundo. Las bodegas que concursaron lo hicieron en las diferentes modalidades de monovarietales y polivarietales, sumándose en la edición lisboeta un epígrafe dedicado a los vinos portugueses.
Como concurso internacional es el único organizado desde España que tiene carácter itinerante por todo el mundo, lo que incrementa su difusión mediática. Además de la participación internacional en cuanto a vinos se refiere, también lo es en lo concerniente a los miembros de los diferentes jurados que evaluarán los vinos a concurso.
En la edición gallega, habrá dos listados de premios: Tempranillos al mundo, con distinciones de Gran Tempranillo de oro, Tempranillo de Oro y Tempranillo de Plata, en función de la puntuación obtenida: de 83 a 87 puntos para la plata, 88 a 95 para el oro y 96 a 100 puntos para el gran oro. En el caso de los vinos gallegos, los premios serán Gran oro vino gallego, Oro vino gallego y plata vino gallego.
La tempranillo en Galicia
Aunque no se trata de una variedad autóctona, la Tempranillo está presente en las cuatro denominaciones de origen ourensanas. Ribeiro, Ribeira Sacra, Valdeorras y Monterrei, siendo en esta última donde alcanza un mayor protagonismo, tal vez porque las condiciones climáticas y de suelo del valle de Monterrei tienen mayor semejanza a aquellas regiones vinícolas en las que esta uva es dominante. No en vano el apelativo de "ribera del Duero de gallega" va más allá del hecho de que el río que riega este valle sea afluente del Duero. En Monterrei la Tempranillo se denomina Araúxa. No es la única región vinícola en la que adopta un nombre propio, pues esta circunstancia se repite por toda la Península Ibérica. Es el caso de la Ribera del Duero, donde se la conoce como Tinta Fina, Tinta de toro en Toro, Tinta Roriz en el Douro portugués, Ull de llebre en Cataluña, Cencibel en Madrid y La Mancha, Escobera, Jacibera, Palomino tinto... y así hasta cerca de una veintena de denominaciones diferentes.
