Aunque están presentes en las fruterías todo el año es a partir de las últimas semanas del verano cuando se encuentran en su verdadera temporada. Hablamos de las manzanas, una fruta que acompaña al hombre desde el principio de los tiempos y que en Galicia se da con una gran calidad.
La fruta del pecado y la tentación así nos la ha pintado el Génesis, como aliada de la serpiente, pero también Blancanieves. Nada más lejos de la realidad. Es una de las frutas más saludables y que más recomiendan los nutricionistas para que forme parte de nuestra dieta diaria. Rica en fibra y en elementos antioxidantes, sobre todo su piel, la manzana, cruda, asada o en compota es un buen aliado para el cuerpo.
China es el mayor productor del mundo pero Polonia le acaba de arrebatar el liderazgo en exportaciones. Las manzanas que llegan a nuestro país, sobre todo las más brillantes y tentadoras, proceden mayoritariamente de Francia o de Italia los otros dos grandes exportadores europeos. pero hay que desconfiar de ese brillo tan llamativo y atractivo: eso significa que hay ceras y otros aditivos. Aunque si cogemos del árbol una Red delicious o una Royal Gala y la frotamos contra un paño de algodón, también le podremos sacar brillo, aunque no tanto como las lustrosas del supermercado.
En España la producción de manzanas está concentrada en el área de Cataluña, pero nuestro país parece que se ha especializado más en otros frutales pues no aparece en el ranking de los exportadores. Muy al contrario, es importador, tal vez para poder exportar otros productos a los países a los que les compra esta fruta.
¿Qué tal se da en Galicia? Magníficamente. Su cultivo, dependiendo del patrón que se utilice, puede adaptarse a todo tipo de suelos y exposiciones. No solo tolera bien el frío en invierno, sino que además lo precisa para poder presentar al año siguiente una buena cosecha.
El manzano está presente en prácticamente toda la geografía gallega. Se ha aclimatado muy bien y existen, además, variedades autóctonas, como la Camoesa, la Coruñesa, Repinaldo, Morro de lebre... Pero también se dan las clásicas, Reineta, Tabardilla, Golden, las rojas dulces y crujientes, o las ácidas tipo Granny Smith. Tienen el inconveniente, de que, al igual que a nosotros, les gusta a muchos insectos que se introducen en estado larvario y atacan los frutos. Cuando caen al suelo, las orugas se convierten en insectos y ya tienen asegurada la plaga al año siguiente. Unas gallinas picoteando bajo el manzano atajan el mal con la misma eficacia que un insecticida.
Es la fruta más cultivada del mundo, pero no la reina del frutero. Mala cosa es que comparta espacio con otras frutas porque el etileno que desprende durante su maduración hará que sus vecinas maduren de forma precipitada. De ahí el dicho popular de que hay que separar la manzana podrida para que no contamine todo el frutero.
